—¿Quién fue? ¿¡Quién fue?! —Mo Guiyuan soltó el rugido más incontrolable de su vida.
Era una persona extremadamente controladora. Trataba a los demás así y aún más a sí mismo.
Sin embargo, en ese momento, no pudo controlar sus emociones.
Ya no podía mantener la calma.
¡El capital del que se enorgullecía y todos sus activos habían desaparecido!
El Gran Ancestro también vio la bodega vacía y se asustó tanto que no pudo respirar.
En la Sociedad del Loto Blanco, el Jefe de rama se encargaba principalmente de gestionar las ramas y ejecutar las diversas misiones dadas por el Maestro de Secta. Los ancianos se encargaban más de los asuntos comunes de la secta.
Después de ayudar a gestionar el tesoro durante muchos años, nunca había tenido problemas y era profundamente confiado por el Maestro de Secta.
¿Quién podía decirle qué estaba pasando?
¿Estaba alucinando?
La mirada asesina de Mo Guiyuan recayó sobre el Primer Anciano.
El Gran Ancestro se arrodilló de golpe.
