Jing Yi no podía creer que esto fuera verdad. Su primo había buscado durante tanto tiempo pero no pudo encontrar ninguna pista. ¡Ahora estaba justo debajo de sus pies!
—¿Por qué ustedes dos no se están moviendo?
Mientras Su Cheng caminaba, se dio cuenta de que habían desaparecido. Se inclinó y miró a las dos personas atónitas. Preguntó —¿Qué?
Su Xiaoxiao volvió en sí y señaló hacia el suelo. —¡Papá, hay oro!
—¿Dónde? ¡Déjame ver!
Su Cheng se recostó, y Su Xiaoxiao hizo lo mismo.
El padre y la hija se recostaron el uno frente al otro y miraron a través de la grieta sin parpadear.
—Papá, ¿ves eso?
—Hija, lo veo.
Entonces, los dos comenzaron a manipular hábilmente el puñal.
Jing Yi se preguntaba —¿Por qué siento que van a empezar a robar?
Su Xiaoxiao atrapó a Wuhu y lo apartó a un lado.
Como recompensa por descubrir el pequeño tesoro, Su Xiaoxiao le dio cinco porciones de comida para pájaros de una vez.
El aura de Wuhu se convirtió instantáneamente en 2.8 metros.
