—La señora Wei fue quien hizo el saquito, pero la que realmente lo distribuyó fue la Cuñada. Fue la Cuñada quien entregó el saquito a la Matriarca.
La señora Chu estaba a cargo de la alimentación central. Se ocupaba de todo en la residencia.
Ella compraba sacos vacíos del exterior como en el pasado y los enviaba al patio de la señora Wei. Después de que la señora Wei terminaba de hacer los saquitos, ella misma venía a recogerlos y los distribuía por el patio.
—¿Cómo puede ser la Cuñada? ¿Estás equivocada, Séptima Cuñada? —dijo la señora Jiang aturdida.
Ella definitivamente no creía que su cuñada, que había trabajado duro por la familia Wei, fuera una traidora que había conspirado con Guo Huan.
Incluso si sospechara de sí misma, no sospecharía de su cuñada.
Por no mencionar a los pocos de ellos, a la Matriarca Wei le tomó mucho tiempo aceptar este hecho.