—De ninguna manera. ¿Vas a abrir el ataúd para hacer una autopsia en medio de la noche? —Yuchi Xiu estaba totalmente en desacuerdo.
Estaba bien para él matar gente, pero no desenterrar las tumbas de los muertos.
Definitivamente no era que él tuviera miedo de los fantasmas.
Wei Ting estaba luchando.
No había sido fácil para él aceptar las muertes de su abuelo, su padre y sus hermanos. Examinar sus cadáveres era indudablemente anunciar sus muertes una vez más.
No importa quién muriera, era un dolor punzante en su corazón.
Su Xiaoxiao no lo forzó.
Después de interactuar con él durante mucho tiempo, se dio cuenta de que aunque parecía descuidado, él era muy leal. En comparación, Su Xiaoxiao sentía que ella era la relativamente fría.
Yuchi Xiu se negó.
—No hacer pruebas, no hacer pruebas, no hacer pruebas...
—¿Estás seguro de que se puede hacer la prueba? —preguntó Wei Ting.
Yuchi Xiu temblaba.
—¿Realmente quieres probarlo? ¡La Matriarca te matará! —dijo Yuchi Xiu.
