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—¿Cuánto cuesta la diadema? —preguntó Su Cheng.
—Dos taeles —dijo el vendedor ambulante.
—¿Tan cara? —dijo Su Cheng—. No estarás engañándome, ¿verdad?
¡En el campo, una diadema solo costaba tres o cuatro monedas de cobre!
—Estas son perlas reales. ¡Una cuesta más de cien monedas de cobre! —explicó el vendedor.
Su Cheng nunca había llevado ropa que valiera más de cien monedas de cobre.
Sacó su bolsa de dinero y contó unas cuantas piezas de plata dispersas. Apretó los dientes y los compró.
…
En la Mansión del Marqués del Norte de Zhen, Su Xiaoxiao terminó el tratamiento por el día.
El Médico Fu estaba sudando. No estaba cansado, sino asustado.
Cuando vio que Su Xiaoxiao introducía algo desconocido en la nariz del Viejo Marqués, se quedó conmocionado.
Después, ella insertó agujas en el Viejo Marqués. Esos puntos de acupuntura eran tan peligrosos que él normalmente no se atrevía a tocarlos.
Tenía que tener un corazón fuerte para hacer visitas a domicilio con esta chica.