—Sin genocidio, no habría habido humanidad en primer lugar —dijo la Reina del Hielo sonriendo—. Por eso no entiendo tu aversión al genocidio.
Miria bajó su katana.
Hace más de sesenta millones de años, la Tierra enfrentó una calamidad que aniquiló a tres cuartos de la vida, siendo los principales entre ellos la especie conocida como dinosaurios.
De no ser por ese evento masivo de extinción, las especies que ahora dominan la Tierra no habrían nacido, mucho menos prosperado.
Se podría decir que la extinción de una raza proporcionó el terreno para el nacimiento de otra. El éxito de una raza se construyó sobre el fracaso de otra.
—¡Eso no fue genocidio sino extinción natural! —interrumpió Lobo Carmesí—. ¡Un asteroide golpeó la Tierra y la vida se convirtió en víctimas!
Al oír esto, la sonrisa de la Reina del Hielo floreció aún más.