Hace unas horas.
Casa de la Familia Kestone.
Lager entró en el lujoso dormitorio y encontró a su esposa trofeo frente al espejo.
Vestida con un camisón babydoll erótico, con sus tangas visibles, era una vista para contemplar.
Lager podría ser viejo pero incluso él podía apreciar visualmente su belleza, sus curvas sensuales, y sus labios por los que valdría la pena morir. Si no fuera por su vejez y falta de apetito sexual, la habría saltado encima, la habría empotrado contra la pared, y habría hecho cosas indecibles.
Sandra se volvió cuando notó a su esposo. Con un tono dulce, preguntó, "Cariño, ¿cómo estuvo tu día?"
—Cariño, ¿cómo estuvo tu día? —preguntó con un tono dulce.
—Estuvo bien, pero podría haber sido mejor —respondió Lager con un suspiro amargo.
Sandra podía entender su amargura.
Kiba se ha follado a su nuera y le hizo retener información a su hijo. Esto debe ser la experiencia más humillante para él.
—¡Podría convertir tu amargura en dulzura! —exclamó Sandra.