Coño dolorido, pechos hinchados, pezones relucientes con manchas de esperma y cuello marcado con chupetones.
Cindy suspiró contenta. Nunca había experimentado múltiples orgasmos en un día, y eso también, de una intensidad tan impactante. Tampoco se había sentido tan viva, fresca y feliz.
Definitivamente, este era el mejor día de su vida, sin lugar a preguntas.
Byron, por otro lado, sintió esto como el peor día de su vida. La vista de Cindy, que no era solo su ayudante de confianza sino también su novia, bañada en el esperma de otro hombre... no era algo que pudiera apreciar.
Los nervios dentro de su cuerpo alcanzaron un punto de ruptura cuando vio su coño - palpitante, pulsátil y usado.
—¡Zorra! —Byron juró con ira y una sensación de desesperanza. Nunca había hecho que su coño luciera así, nunca.
—¡Cindy! ¿Es así cómo recompensas mi compromiso? —la voz de Byron retumbó como un trueno.