Mañana.
Sala de estar, Casa Sobre Sueño.
Zed estaba sentado solo en una mesa negra. El final de la habitación estaba abierto y mostraba la cautivadora cascada en todo su esplendor.
—Brillante y cayendo, rompiéndose en mil pedazos de rocío. El agua estrepitosa asusta y atrae el alma —Las famosas palabras de Mijaíl Lérmontov definían el impresionante poder y la belleza de la naturaleza.
Zed disfrutaba de la espectacular sensación de la fresca bruma cayendo sobre su rostro. Eso le ayudaba a olvidar el acto horroroso que había cometido el día anterior.
Dos droides entraron a la habitación, llevando bandejas llenas con el desayuno:
Avena de noche de naranja y granada, bollos de challah con especias de naranja, pastel de café con streusel de arándanos, cazuela de cebolla caramelizada, horneado de huevo y papa con hierbas, y aceitunas junto con frutas y té.