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La expresión de Song Chen era como la de un cachorro buscando elogios, y parecía que todavía tenía mucho que decirle a Shen Bijun, pero su boca se movió ligeramente, y sin embargo, ya no tenía la fuerza para hablar...
Realmente parecía haber llegado al final de su vida.
Shen Bijun lo miró.
Hacia Song Chen, no podía definir completamente sus sentimientos.
Ella estaba lúcida, y entendía que la persona que siempre le había gustado era Chu Yanshen.
No era su voz lo que le gustaba, sino escuchar su vida, escucharlo estudiar, escucharlo leer, escucharlo manejar diversos asuntos...
Durante esos seis meses encerrada en la bodega, fue la vida y la compañía de Chu Yanshen lo que la sacó de la oscuridad.
Y durante el tiempo en que Song Chen estuvo con ella, ella siempre había tratado a Song Chen como si fuera Chu Yanshen.
