En el momento en que aterrizaron, se condensó la escarcha bajo los pies del Lobo Blanco Escarcha Plateada.
El círculo de Goffins más cercano a él quedó congelado, incapaz de moverse.
—¡El tigre blanco se lanzó hacia adelante y los despedazó!
El dragón negro apuntó al gigante más grande en el campo de batalla. Sus afiladas garras de dragón agarraron su objetivo, lo levantaron y lo arrojaron montaña abajo.
El grito del gigante desgarró el cielo y desapareció montaña abajo.
Como un águila cazando un polluelo, el dragón negro agarró a un gigante tras otro y los lanzó montaña abajo.
Los gigantes cayeron en pánico y huyeron con las manos en la cabeza, evitando las afiladas garras del dragón negro.
Por donde pasaba el Lobo Blanco Escarcha Plateada, había hielo y nieve. Los enemigos que se le acercaban se congelaban todos en hielo.