Huanhuan avanzaba erguida y con la cabeza alta.
De repente, escuchó un crujido, como si hubiera pisado algo.
Huanhuan se detuvo y miró hacia abajo. Vio un mosaico a sus pies.
—¿Qué pisé?
—Como tú, solo puedo ver el mosaico —dijo Pequeño Diablillo.
Instintivamente, Huanhuan sintió que había pisado algo malo. Dio un paso atrás y frotó la suela de su zapato contra el césped.
No había dado dos pasos cuando pisó otra cosa.
Sin embargo, todavía solo podía ver el mosaico.
No podía ver en absoluto lo que había pisado.
—Solo las cosas especialmente asquerosas están en mosaico. Lo que pisaste debe ser muy asqueroso. ¡Podría ser mierda de perro! —dijo Pequeño Diablillo.
Huanhuan despreció su inteligencia. —¿La mierda de perro hace un sonido crujiente cuando se pisa?
—Si no es eso, ¿qué podría ser?
—¿No puedes ver qué es quitando el programa de mosaico? —dijo Huanhuan.
Como dice el refrán, lo desconocido siempre es lo más atractivo.
