—Sin sorpresa, Ma Qing fue capturado vivo.
Se vio forzado a revelar su forma de babuino.
Xue Ling miró su fea cara y sintió que le picaban los ojos. Quería matarlo inmediatamente.
Pero Bai Di detuvo a Xue Ling.
—Traigámoslo de vuelta primero para ver si podemos obtener alguna información sobre el Templo de la Luna Oscura de él —dijo Bai Di.
Para evitar que Ma Qing escapara de nuevo, Bai Di le rompió las extremidades. Luego sacó una cuerda de cáñamo de su anillo interespacial y lo ató fuertemente.
Ma Qing apretó los dientes de dolor. Su fea cara se volvió aún más fea y repugnante.
Mientras Bai Di se ocupaba de Ma Qing, Huanhuan caminó sola hacia la mina.
Miró al enorme monstruo frente a ella. Parecía un pangolín, pero era docenas de veces más grande que un pangolín normal.
De repente, el pangolín preguntó:
—Pequeña hembra, tienes el aura de la Madera Divina. ¿Cuál es tu relación con el clan de la Madera Divina?
Huanhuan se quedó atónita.