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—Por cierto, tengo curiosidad, señor Sun, ¿dónde ha estado usted haciendo su fortuna últimamente? —preguntó casualmente Guo Gongcheng.
—Eh? Bueno, esto... —Sun Jun se avergonzó y se quedó sin palabras.
Gu Ruirui resopló con desprecio:
—¿Él? Ha sido un simple empleado durante tantos años desde que se graduó. ¡Ni siquiera hablemos de hacerse rico, temo que ni siquiera podrá resolver sus necesidades básicas en unos años!
Cuanto más comparaba, más disgustada se sentía Gu Ruirui con su novio.
Sun Jun solo dio una risa forzada, incapaz de levantar la cabeza.
Guo Gongcheng dio una calada a su cigarrillo, con una expresión de dar un sabio consejo:
—No te preocupes, todo tiene un proceso. A veces las personas solo carecen de una oportunidad.
—Qué tal esto, cuando se negocie el proyecto en Ciudad Jinxiu, el hermano Sun puede venir y ayudar en mi lugar.
—Le pagaré el salario de un gerente de proyecto, ¿qué le parece?
