Al otro lado, Ding Lijuan y Ding Liang salieron de la Compañía Tianhui y se chocaron las manos alegremente en celebración.
—¡Esto es maravilloso, finalmente nos hemos deshecho de esta maldita empresa! —exclamó Ding Liang con entusiasmo.
—¡De ahora en adelante, nadie vendrá a molestarnos de nuevo! —afirmó Ding Lijuan con una sonrisa.
De hecho, ya había habido un gran problema en la Empresa de Construcción Tianhui estos últimos días.
El estado actual de la Empresa de Construcción Tianhui era el de una papa caliente y precisamente por esta razón estaban dispuestos a venderle la empresa a Chen Xuan a un precio tan bajo.
No solo estaban vendiendo la empresa, sino también una enorme cantidad de deudas.
Ding Lijuan dijo con emoción, —¡Realmente se siente aliviador estar libre de deudas! Una vez que todo pase, iremos a buscar a Chen Xuan por esos dos millones, tal vez abrir una tienda de fideos o algo así. ¡Nuestra vida seguirá siendo dulce! Jajaja...
