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Mirando el montañoso montón de fichas frente a él, todos los presentes estaban boquiabiertos.
El crupier responsable del juego estaba tan asombrado que sus ojos casi se salieron de las órbitas.
Había pensado que este joven vestido sencillamente era solo un tonto sin un centavo tratando de encajar en el sitio de moda, pero nunca esperó que el chico comenzara haciendo una apuesta tan enorme.
Debes saber, en este establecimiento, la mayoría de las personas apuestan sólo unos pocos miles o decenas de miles como mucho, y aquellos que arriesgan millones ya de por sí eran pocos y distantes entre sí.
¿Pero este joven frente a él en realidad comenzó apostando mil millones?
—Esto es simplemente incomprensible —murmuró alguien en la multitud.
—Señor, ¿está... seguro de que quiere apostar tanto? —preguntó el crupier incrédulo.
—Chen Xuan se encogió de hombros:
— Por supuesto, solo mil millones, no es realmente mucho.
Fuah...
