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Como nunca había visto este contrato antes, ¡debe significar que alguien ha falsificado mi nombre, firmado este contrato y hasta usado mi sello personal!
En toda la empresa, la única persona en la que Han Jingting podía pensar que tuviera el coraje para hacer esto era nada más y nada menos que ¡Ding Liang!
¡Además, esa mañana, claramente vio a Ding Liang merodeando en la puerta de su oficina!
Ahora, todo encajaba: ¡todo esto tenía que ser obra de Ding Liang!
Dos horas después, Han Jingting condujo de regreso a casa.
A causa del escándalo de la medicina falsa en la compañía, también fue llamada a la antigua casa familiar para ser regañada por la matriarca.
—Jingting, has vuelto. Ven a ver si la ropa nueva que compró Xiao Liang para mí se ve bonita —al entrar a la casa, una radiante Ding Lijuan, vestida con ropa nueva, le hizo señas a Han Jingting.
Han Jingting miró la etiqueta del precio: ¡más de ocho mil!
