—¿Cómo voy a saber de dónde lo sacaste? Solo te estoy preguntando dónde está el dinero ahora, ¡apúrate y dámelo para que pueda administrarlo por ti! —Tras obtener la casa, la actitud de Ding Lijuan cambió completamente 180 grados respecto a antes, tratando a Han Bowwen con la misma manera dominante que había tenido.
A este punto, Han Bowwen no tuvo otra opción que sacar la tarjeta bancaria con un millón.
Antes de entregar la tarjeta, Han Bowwen de repente pensó algo.
—Espera, Lijuan, aclaremos algo por adelantado, esta villa nos pertenece a ambos, y será mejor que no dejes vivir a nadie más aquí, ¿entiendes? —Naturalmente, Han Bowwen se refería a Ding Liang y Guo Yueling.
—Vale, ya sé —Ding Lijuan aceptó despreocupada y arrebató la tarjeta bancaria.
Mirando la tarjeta bancaria en su mano, los ojos de Ding Lijuan ardían con intensidad. ¡Finalmente había recuperado la sensación de tener el poder financiero en sus manos!
