Un hombre viejo revisaba cada parte de mi cuerpo mientras estaba sentado en mi cama, después de tocarme por casi todos lados finalmente se alejó de mí y se lavó las manos con agua mientras hablaba con mi padre, él estaba sentado en una silla junto a la cama, con dos hombres estaban de pie detrás de él.
"Su hijo se encuentra bien don Pedro, aparte de su golpe en la cabeza parece no tener nada" dijo el doctor "pero sugiero que se quede en cama por un tiempo"
"Entendido doctor gracias, puede retirarse José lo acompañará afuera y le pagara" luego se volteo a ver a un hombre detrás de él y dijo "y cuando salgas dile a esos dos que entren"
El doctor fue escoltado afuera por el hombre detrás de mi padre, un rato después de que ellos salieron entraron un joven y una niña que conozco, desde niño he jugado algunas veces con ellos.
"¡Leonardo! Después de esto estás en grandes problemas, se te prohibirá salir de la hacienda, montar a caballo sin compañía y tus clases aumentaran " gruño mi padre y después se calmó "además ya conoces a Mateo Reyes hijo de José, el será tu guardia y se encargará de que te mantengas a salvo a toda costa"
Cuando termino de decir esto Mateo dio un paso adelante e inclino la cabeza luego regreso a su posición, Mateo Reyes es un chico dos años mayor que yo, bronceado con cabello castaño claro y ojos marrones, es hijos de José Reyes el hombre a cargo de los caballos.
"Y también María, ella se encargará de ayudarte mientras estás en cama" dijo mi padre.
Después la niña junto a Mateo dio un paso al frente sostuvo los costados de su vestido y se inclinó, después regreso a su posición. Ella era María Morales hija de James Morales, un hijo de un irlandés que nació en Nueva España y fue abandonado, ahora es el capataz de la hacienda y la mano derecha de mi padre.
Maria Morales al igual que su padre era una niña de cabello pelirrojo y rizado de ojos verdes con un rostro redondo, siempre jugaba con mis hermanos y conmigo, por eso la conocía mejor.
"Ellos dos de ahora en adelante se encargarán de cuidarte, de que asistas a tus clases y que no te escapes a los establos" dijo mi padre, pero el pareció notar mi mirada pérdida "Ahora todos retírense quiero hablar con mi hijo"
Una vez más hablo mi padre y todos obedecieron, una vez que todos se fueron y cerraron la puerta él se puso de pie junto a mi cama, solo mirándome sin decir nada después de lo que pareció una eternidad hablo.
"¿Cómo te sientes?"
"Bien padre, solo tengo un ligero dolor de cabeza" respondí
"Está bien, no volverás a montar en un tiempo... Me alegro que estés bien" dijo mientras me daba la espalda y se retiraba de la habitación, pero antes de que saliera le hable.
"¡Padre de hecho! me gustaría hablarte de algo" exclamé mientras detenía a mi padre.
Posteriormente le platique la gran mayoría de mis recuerdos que no son míos y que una guerra sangrienta que en el futuro llegaría a nuestra hacienda, oculte detalles específicos, pero le di la idea general de todo, para cuando termine de contar toda una hora después, el solo estaba ahí de pie observándome después de un par de minutos hablo.
Don Pedro lo miró con una expresión seria. "Leonardo, hijo, no sé qué está pasando contigo. Pero debes tener cuidado. No debes hablar de esto con nadie ¿entendiste?"
Leonardo asintió "entendido, padre"
Don Pedro se levantó y se fue, dejando a Leonardo con sus pensamientos, hasta que Mateo y María entraron a su habitación ellos rápidamente se acercaron a Leonardo y lo bombardearon con preguntas sobre su salud y de como cayó del caballo, satisfechos con sus respuestas dejaron descansar a Leonardo.
"Tu padre dijo que en dos días retomaras tus estudios así que recupérate estaremos afuera para cualquier cosa que necesites" dijo María antes de que ella y Mateo salieran de la habitación.
Leonardo pensó que finalmente tendría un descanso, pero poco después de quedarse solo, las puertas se abrieron una vez más y entraron sus hermanos y lo abrumaron abrazándolo en la cama. Leonardo tenía dos hermanas y un hermano.
Su hermana mayor "Elena Leonez" era tres años mayor que Leonardo, era la primogénita de la casa Leonez, una pequeña dama elegante de cabello rubio oscuro, largo y recto, con ojos azules claros y serenos, rostro ovalado con pómulos altos, complexión delgada y elegante. Ella toma clases para comportarse como una dama recta y elegante, pero ella era muy cariñosa y protectora con sus hermanos.
Su hermano menor "Gabriel Leonez" era dos años menor que Leonardo y era el tercer hijo de la familia Leonez, Gabriel tenía cabello castaño oscuro y ojos marrones con una cara redonda. Al igual que su hermano mayor era enérgico pero con menos responsabilidades.
Y finalmente su hermana menor "Lucia Leonez" la más pequeña y cuarta hija de la familia Leonez, ella tenía cuatro años menos que Leonardo, tenía cabello rubio claro y rizado, ojos verdes con un rostro ovalado.
Todos sus hermanos lo abrazaron preocupados, todos tenían una buena relación y siempre jugaban juntos cuando tenían tiempo, a pesar de todos los pensamientos y problemas en la cabeza de Leonardo, los ignoro centrandose en pasar el tiempo con sus hermanos, ellos platicaron y se divirtieron hasta que los llamaron a comer, todos excepto Leonardo fueron a comer al comedor, Leonardo estaba obligado a quedarse en cama así que María le trajo un plato de comida y se quedó con el platicando para que no se sintiera solo.
Únicamente hasta la noche que estuvo solo tuvo tiempo de pensar en los recuerdos de su vida pasada, se sentía complejo con ellos como si hubiera vivido otra vida en el lapso tiempo que estuvo inconsciente, pero decidió ignorar esa vida y solo centrarse en el conocimiento que adquirió en esa vida, para superar las adversidades futuras.
Entonces Leonardo se puso de pie y camino a su escritorio, sacando papeles, encendiendo una vela y empezó a escribir todo lo que podía sobre los recuerdos del futuro, parecía que serían imposibles de olvidar pero aún así quería estar seguro así que escribió lo más importante, pasó mucho tiempo escribiendo hasta que la puerta de la habitación se abrió.
"¿Leonardo?" Pregunto María que había entrado a su habitación porque creyó escuchar un ruido "¡que haces despierto! Deberías estar descansando"
"Lo siento María, pero esto es importante, una vez que acabe me iré a dormir" respondí
"¡Pero!... Esta bien pero acaba rápido si don Pedro se entera que estás despierto me regañara" dijo mientras se quedaba detrás de mí de pie, viendo por encima de mi hombro lo que escribía "¿que significa "entre... entrenamiento físico miltar y fle... flexiones" que estás escribiendo?"
"¿Ya aprendiste a leer María?" pregunté asustado, ella había tenido problemas en la lectura.
"Todavía tengo problemas" respondió mientras notaba un ligero sonrojo en su rostro.
"Entonces... ¿Que te parece si te enseño a leer y tú guardas este secreto para mí?"
"¿Enserio?¿Harías eso por mi? Claro guardaré tu secreto" dijo sonriendo.
Me quede un momento aturdido con su sonrisa, por un momento pensé que era linda, y sentí mi rostro caliente probablemente me estaba sonrojado, pero entonces me quedé en shock, ¿desde cuándo pienso que una niña es linda? Antes de mi accidente nunca hubiera pensado eso, y entonces recordé como en los recuerdos del futuro, la vida que viví estuve con varias chicas agarrando su mano, abrazándonos, besándonos y... y... Rápidamente me levanté del escritorio y corrí a mi cama a ocultarme bajo las sábanas.
"¡Lo siento María!, te enseñaré a leer otro día ¡buenas noches!" Grite debajo de las sábanas.
Solo pude escuchar un tiempo después como se cerró la puerta, sacando la cabeza mire a ver si María se había ido, al ver qué solo estaba yo en la habitación me prepare para dormir.
"Esto será más difícil de lo que pensé" murmuré antes de quedarme dormido.