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Chapter 7 - Nuevo comienzo

NOTA: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

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Shinji caminaba rumbo a la escuela, aun tratando de creer cómo se estaban desarrollando las cosas en su vida. Era simplemente increíble pensar que hasta hace un par de días estaba tan deprimido, abatido y con tanta desesperanza, que consideró lanzarse a las vías del tren; siendo salvado por una loca chica de lentes y su maleta que explotó en el momento preciso. Sonrió.

Aun podía recordar el grito desgarrador de Mari cuando explotó su maleta; o sus lágrimas de cocodrilo cuando abrazaba su "Precioso" desparramado por el andén del tren. Entonces estrechó los ojos al recordar el golpe que le dio en la cabeza, cuando creyó que estaba robando una pieza de su "Precioso".

— Golpea fuerte — masculló para sí Shinji, tocando su cabeza donde aún tenía un pequeño chichón.

Negó con la cabeza y continuó caminando.

Era increíble pensar que había bastado un solo día para cambiar su forma de pensar. Un solo día para sacarlo de la desesperanza y hacer que tuviera reales deseos de hacer cosas, deseos de vivir. ¿Tan simple de mente era? ¿Tan básico que bastó un día para cambiar su vida?

Bien; no es como si su vida hubiera cambiado por completo, o que su vida ahora sea toda felicidad. Lo cierto que aun sentía algo amargo en el fondo de su alma. Podía sentir dolor por su desastrosa relación con su padre; desesperanza al recordar la total basura que había sido su vida hasta ahora, que de solo recordarla aún le hacían sentir ganas de llorar, o todo lo que sufría al estar en NERV y subir al EVA. Todo eso seguía ahí.

La diferencia es que ahora podía ver una luz al final del camino, ahora, por primera vez tenía una razón para no quedarse atrapado en la mierda que había sido su vida. Tenía una razón para avanzar y afrontar las cosas. No estaba seguro si esta resolución duraría; si al final del día volvería a sentirse como la mierda y con deseos de acabarlo todo, pero en este momento sentía que podía avanzar.

Tenía un genuino deseo de proteger eso tanto le gustó, de proteger ese entretenido "Shotengai" de aspecto casi medieval, de proteger a la gente que trabaja ahí; pero más importante aún, tenía deseos de proteger a Mari; de volver a verla y pasar el rato con ella… deseos de tener su propia colección de Godzilla.

No pudo evitar sonrojarse y sonreír a la vez ante ese último pensamiento: Mari y Godzilla. Por alguna razón se sentía bien pensar en esos dos juntos.

Shinji debió detener su tren de pensamientos cuando estuvo a las puertas de la escuela. Miró el lugar que pensó no volvería a pisar. Suspiró y con un asentimiento de cabeza, se animó a ingresar.

 

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— ¡Chicos! Acabo de confirmar el rumor — dijo Kensuke, acercándose a Shinji y Touji, quienes estaban conversando ante el pupitre del primero, aprovechando un cambio de hora en que tenían unos minutos antes de que se presentara el nuevo maestro.

Shinji estaba realmente sorprendido con todo esto. No esperaba un recibimiento tan animado por parte de sus nuevos "amigos". Es cierto que el día pasado dijeron que lo esperarían en la escuela, pero no se imaginó que su recibimiento sería tan cordial; tomando en cuenta que no había sido demasiado cercano con ellos; sin contar con que Touji lo golpeó. Pero ahora lo estaban integrando como si se conocieran de toda una vida.

¿Así se sentía el tener amigos? No pudo dejar de sentirse un poco emocionado. Nunca antes había tenido amigos, pero ahora…

— ¿De qué rumor estás hablando? — preguntó Touji, levantando una ceja.

— Algo que escuché esta mañana al llegar a la escuela — señaló Kensuke con una sonrisa de suficiencia mientras se ajustaba los lentes con una mano, momento en que emitieron un reflejo de forma dramática.

— ¿Y? ¿De qué se trata? — preguntó Touji, un tanto impaciente por el teatro que hacía Kensuke con todo eso.

— Acaba de llegar una nueva estudiante transferida desde otra escuela — señaló Kensuke entusiasmando, antes de ampliar su sonrisa — Está en la clase de al lado. Acabo de verla y… ¡Es una belleza!! — añadió en un grito, entusiasmado.

— ¡¡WOW!! ¿Tan buena está? — preguntó Touji, repentinamente interesado.

— ¡Sí, hombre! Es exquisita. ¿Quieren ir a conocerla a la hora de almuerzo? — preguntó Kensuke, entusiasmado.

— No estaría mal, aunque no creo que a los chicos de la clase de al lado les agrade que vayamos a robarle a sus mujeres — comentó Touji, cruzándose de brazos.

Shinji miró boquiabierto al chico de ropa deportiva por tamaña declaración. ¿En verdad se creía semejante idiotez? Estaba seguro que ni entre los tres lograrían que una chica supuestamente tan linda siquiera mirara en su dirección.

— No te preocupes, no hay nada que puedan hacer ante nuestra arma secreta — dijo Kensuke con una sonrisa de suficiencia.

— ¿Arma secreta? — preguntaron Shinji y Touji, sin entender.

— Sí. Nuestra arma secreta… ¡¡Shinji!! — exclamó Kensuke, señalando al aludido.

— ¿Shinji? — pregunto Touji.

— ¿¿Yo??

— Si, tú — afirmo Kensuke, antes de aclararse la garganta y mirar a sus amigos — Es simple. Vamos allá a la hora de almuerzo diciendo que "El Gran Shinji Ikari, Piloto de Evangelion y salvador del mundo", desea conocer a la nueva alumna de intercambio. Nadie podrá oponerse a eso.

— ¡¡Qué buena idea!! — exclamó un entusiasmado Touji, para completo horror de Shinji.

— Sí, como sus guardaespaldas, lo acompañaremos abriendo camino hasta la chica y podremos presentarnos sin problemas. Luego la invitamos a comer con nosotros. Con el "Salvador del Mundo" ahí; ella no se negará — desarrolló Kensuke,

— Cierto. Así podríamos comen juntos, y luego tal vez… podamos… — comenzó Touji.

— ¡¡Tener una cita!! — dijeron ambos chicos, emocionados.

Para ese momento el rostro de Shinji estaba deformado de espanto, mientras sentía un escalofrío recorrerle la espalda. Estaba comenzando a escapar discretamente de su pupitre para huir de la escuela como alma que lleva el diablo, cuando un fuerte gruñido lo congeló en su lugar.

— ¿¿Quieren dejar de hacer escandalo ustedes tres?? — ladró Hikari en un regaño, parándose frente al trio con las manos en las caderas, mientras los fulminaba con la mirada.

— Sí señora — dijeron Touji y Kensuke, parados en forma recta, mirando al frente.

Hikari estrechó la mirada sobre esos dos, para luego centrarse en Shinji; quien estaba a medio camino de escapar, congelado en su lugar como si fuera un conejo encandilado por las luces de un automóvil. Su cara de completo horror no le valió un solo punto con la chica de pecas, que lo miró en forma reprobatoria.

— No me esperaba esto de ti, Ikari. Creí que eras mucho más serio y responsable, pero veo que me equivoqué. Me siento un poco decepcionada — dijo Hikari duramente.

Shinji, horrorizado al infinito, finalmente cayó sentado de culo al suelo, sin poder sostenerse de pie. Hubo una sola cosa que pudo decir en su defensa.

— Perdón.

Hikari negó con la cabeza y miró reprobatoriamente a los tres.

— Dejen de comportarse como si fueran "Los Tres Chiflados" y tómense la escuela con más seriedad. Ahora vuelvan a sus pupitres que el maestro está por llegar. 

Con esas últimas palabras, la chica dio media vuelta, dejando atrás al complicado trio de chicos, para la completa diversión de todos sus compañeros ante lo dicho por la Delegada de Clase. Fuera intencional o no, la chica de pecas había bautizado a esos tres con un apodo literalmente hecho a la medida. Con una sonrisa perversa, todos en la clase se juramentaron que al terminar el día, ese trio de idiotas sería conocido por toda la escuela como… "Los Tres Chiflados"

Por su parte, un deprimido Shinji deseaba nunca haber nacido; ni mucho menos, tener amigos.

 

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El timbre que señalaba el fin de la clase de Algebra había sonado; y ahora con el maestro dejando el salón de clases había llegado la hora de almorzar. Shinji debería sentirse aliviado con eso. No era particularmente bueno para mezclar letras con números, por lo que le dolía un poco la cabeza. Necesitaba un descanso, además, tenía hambre; pero en este momento estaba más preocupado de escapar del par de locos que tenía por amigos y que pretendían usarlo para conocer a una chica.

Con eso en mente Shinji tomó su bento y se dispuso a dejar el salón, pero una firme mano en el hombro, hizo que se volviera a sentarse en su silla.

— ¿A dónde vas, Shinji? — preguntó Touji, apretando el agarre en el hombro.

— ¿Pretendías adelantarte a conocer a esa belleza sin nosotros? — preguntó Kensuke, de pie al otro lado del pupitre, dándole una mirada seria al Tercer Elegido.

— Qué mal amigo eres — dijo Touji, negando con la cabeza.

Un complicado Shinji miraba de un lado a otro a sus "amigos", sin saber qué decir o qué hacer para libarse de ese desastre en potencia. Lo único que quería es ir a comer tranquilo a un rincón donde no molestar a nadie, pero…

— ¡¡TE ENCONTRE!!

Todos en el salón de clase se congelaron ante ese potente grito, emitido por una melodiosa voz femenina. Los ojos de todos fueron hacia la puerta, donde podían ver a una hermosa chica de pie con una sonrisa en los labios, rodeada de un grupo de jóvenes que la miraban entusiasmados, junto con otros más asomándose por la puerta del salón de clases.

La chica era esbelta y de figura curvilínea, con piernas largar y muy bonitas. Sus senos eran de un tamaño más que interesantes y su rostro era simplemente hermoso. Tenía ojos grandes y expresivos de color verde azulado enmarcados tras unos lindos anteojos. Una sedosa cabellera castaña tomada en dos coletas completaba el cuadro. Vestía además un uniforme escolar que evidentemente pertenecía a otra escuela, lo que solo contribuía a dar un aire incluso más exótico a la linda chica. 

No era de extrañar que todos los chicos estuvieran literalmente babeando por la fémina en cuestión, ni que las chicas la miraran con algo de envidia; pero lo más importe aquí era…

— ¿Mari? — preguntó Shinji, realmente impactado.

Los pensamientos de todos se detuvieron en el acto, mientras que todos los ojos se dirigieron hacia el Tercer Elegido.

— ¡¡Shinji!! — dijo la chica entusiasmada, acercándose alegremente hasta el pupitre del joven Piloto EVA, ante la mirada sorprendida de todos los presentes; sobre todo de Touji y Kensuke, quienes miraban todo este desarrollo con la boca abierta.

— ¿Qué… qué haces aquí? — pregunto medio tartamudeando Shinji, apenas creyendo que la loca chica de lentes que le hizo ver la vida de una forma distinta, estuviera de pie frente a él.

— ¿Puedes creer que la tonta de mi madre me dijo recién esta mañana que me había transferido a esta escuela? — preguntó Mari, poniendo las manos en las caderas, en un gesto por demás, interesante — De haber sabido antes que asistiría a tu misma escuela, podríamos habernos puesto de acuerdo para venir juntos — añadió con un puchero.

Shinji dio un respingo ante eso, recordando que dentro de esa conversación post película de Godzilla en casa de ella, efectivamente le contó a la chica que había estaba asistiendo a esta escuela en particular.

— Por cierto, mira esto. Ya tengo un teléfono móvil — dijo la chica con una sonrisa, metiendo la mano en un bolsillo de su falda, para luego extender el aparato con ambas manos para que Shinji pudiera tomarlo.

Ante la impactada mirada de todos los presentes y de unos catatónicos Touji y Kensuke; Shinji tomó el aparato desde las manos de la chica. Era un móvil de último modelo y si no se equivocaba, bastante caro. Ese debe ser el motivo por el cual la chica lo tenía en una de esas fundas protectoras. Lo giró para mirarlo mejor y…

— ¡¡GODZILLA VS MOTHRA!! — exclamó un sorprendido y emocionado Shinji.

Todos en el salón de clase, junto con los que se asomaban por la puerta, dieron un respingo ante el potente grito del Tercer Elegido, quien sostenía el teléfono móvil en sus manos y lo contemplaba como si fuera una especie de tesoro. Al menos para él lo era, ya que la funda protectora estaba impresa por el reverso con el cartel de la película "Godzilla vs Mothra" de 1964.

— Jujuju. Sabía que te gustaría — dijo Mari, con una risita y una sonrisa zorruna.

— ¿Dónde lo compraste? ¿Crees que habrá fundas protectoras para mi modelo de móvil? — preguntó un emocionado Shinji.

— La tienda tenía muchas diferentes. De seguro encontramos una para ti — dijo Mari, tomando su móvil desde las manos de Shinji para manipular la pantalla, mientras aumentaba su sonrisa zorruna.

En ese momento el teléfono móvil comenzó a sonar en el bolsillo del pantalón de Shinji, este lo tomó y vio un número desconocido llamando.

— Ahí tienes mi número telefónico. Guárdalo en tus contactos. Ahora podremos comunicarnos todos los días — dijo Mari, cortando la llamada y guardando el aparato en el bolsillo de su falda.

Shinji miraba impactado la pantalla del teléfono móvil que sostenía entre sus manos. Estaba emocionado y algo avergonzado; tenía el número telefónico de una chica. Esto era algo que hace un par de días jamás se hubiera imaginado.

Todos en el salón de clases observaban boquiabiertos la interacción de esos dos. Todo indicaba que Shinji Ikari conocía a la chica nueva; y no solo eso, parecían llevarse muy bien, al punto en que ella le dio su número teléfono así sin más. Estaban a punto de saltar en exclamaciones de sorpresa, envidia y reclamo por parte los hombres, cuando se escuchó el fuerte gruñido de un estómago.

Todos los ojos fueron hacia la chica de lentes que estaba revolucionando el salón de clases en ese momento. Por su parte, Shinji miró sorprendido a Mari, que hizo una mueca.

— ¿Fuiste tú? — preguntó Shinji, divertido, ganándose un coscorrón por parte de la sonrojada chica de lentes — ¡Oye! Eso dolió — reclamó, sobando su agredida cabeza.

— Te lo mereces por avergonzar una chica tan linda como yo — reclamó Mari, cruzándose de brazos y mirando a un lado haciendo un puchero — Tengo hambre — masculló.

— Oye, no fue mi intención avergonzarte, pero, bueno… no es mucho, pero si quieres lo podemos compartir — dijo un sonrojado Shinji levantando su bento frente a la chica.

Los ojos de Mari brillaron y su cara se transformó en un gesto de pura felicidad ante la oportunidad de volver a probar la deliciosa comida de Shinji. En un rápido movimiento tomó el bento de su mano sosteniéndolo en alto en forma triunfal, antes de mirar con determinación a Shinji y tomarlo de una mano, ante las exclamaciones de sorpresa de todos.

— ¿Qué estamos esperando? Busquemos un lugar tranquilo y disfrutemos de tu deliciosa comida — exclamó una feliz Mari antes de arrastrar de una mano a Shinji fuera del salón, empujando a un lado a cualquiera que estuviera en su camino.

Cuando la pareja abandonó el salón de clases, las exclamaciones de asombro, comentarios y maldiciones en contra del mal nacido de Shinji Ikari por atrapar a semejante belleza, no se hicieron esperar. Por su parte, unos impactados; y por qué no decirlo, enojados Touji y Kensuke, apretaron los puños antes de gritar.

— ¡¡SHINJI, TRAIDOR!!

Un poco más atrás, sentada aun ante su pupitre junto a la ventana, Rei Ayamani observó todo ese intercambio con su calma e indiferencia habitual; al menos en el exterior. Rei estrechó levemente su mirada, segura de que algo no andaba del todo bien aquí.

 

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— ¡¡Estaba delicioso!! — exclamó una feliz Mari, terminando de comer la caja de bento que había preparado Shinji.

Por su parte, el Tercer Elegido miró con una sonrisa a la chica, feliz de que a ella le gustara tanto su comida. Por alguna razón le hacía sentir bien que a las personas les gustara su comida. Se sentía bien cuando Misato lo elogiaba, pero por alguna razón con Mari se sentían aún mejor. Claro, eso no quitaba el hecho de que seguía con hambre. Solo había comido un par de bocados, ya que el resto de la comida había sido devorada por una hambrienta Mari Makinami y… ¡Espera un momento!

Los ojos de Shinji se abrieron como platos, recién cayendo en cuenta de que Mari había comido usando los mismos palillos que él; eso quiere decir que eso fue… ¡¡Un beso indirecto!!

— Me encantaría comer tu comida todos los días — dijo una feliz Mari, tapando la ahora vacía caja de bento, luego guardando los palillos en una caja alargada y dejándolos junto a ella.

— ¿Eh? — exclamó Shinji, sus afiebrados pensamientos dejados de lado por el comentario de la chica de lentes.

— ¡Oh! Vamos. Ya sabes que me encanta tu comida. El desayuno que preparaste ayer estaba riquísimo. De hecho, mi madre disfrutó mucho lo que le dejaste. Estaría encantada de que fueras a cocinar para nosotras cualquier día de estos.

Shinji no pudo dejar de sonrojarse ante ese comentario, imaginándose cocinando para Mari y una versión más adulta de ella; porque su madre debe ser igual de bonita, ¿verdad?

— ¿Por qué te sonrojas? — preguntó Mari, mirándolo con curiosidad.

La pregunta de la chica y su mirada escrutadora, solo lograron que el sonrojo de Shinji subiera un poco más en intensidad. Por su parte, una sonrisa zorruna apareció en el rostro de la chica, que solo aumentó el sonrojo y ahora el nerviosismo de Shinji.

— Tal vez te imaginas cocinando para dos mujeres hermosas, exuberantes y sexys, pidiéndote más y más y más… — dijo Mari con una voz sensual y una sonrisa zorruna que había escalado unos tres niveles, mientras acercaba peligrosamente su rostro al chico que estaba sentado junto a ella, en una banca del patio trasero de la escuela.

Sonrojado hasta el infinito y más allá, el aludido solo pudo atinar a ladear el rostro alejándolo de Mari, que seguía acercándose a él, pese a que intentaba rehuirla. Es así como ahora la chica de lentes se había levantado un poco de la banca para posicionarse casi sobre él, mientras que Shinji se hacía a un lado en una contorción casi antinatural, más propia de una serpiente. Mari lo miró directo a los ojos a muy poca distancia, tanta que hasta podía sentir el suave aliento de la chica; entonces ella estalló en una sonora carcajada.

Shinji dio un par de pestañadas en sorpresa, mientras Mari se doblaba de la risa, sujetándose la panza. 

— Si te hubieras visto la cara — dijo la chica entre carcajadas, mientras se golpeaba una rodilla con la palma de una mano, como para expresar de mayor fuerza su diversión.

— ¡¡No le encuentro la gracia!! — regañó Shinji.

— Yo sí — dijo Mari, tratando de calmar su risa, mientras se enjugaba una lágrima con un dedo.

Shinji miró a un lado, molesto. Había caído en el mismo juego que en la tienda de Ramen el otro día. Iba a tener que comenzar a cuidarse de Mari, o esa loca de lentes lo iba a usar para su diversión en forma indiscriminada.

— Shinji. ¿Por qué no contestas tu teléfono?

Esa pregunta realizada por una voz fría y monocorde, literalmente drenó el ambiente distendido de se había creado entre la pareja de Piloto EVA y la loca de lentes. Ambos jóvenes miraron hacia el frente, solo para ver a unos metros de distancia a la siempre seria e impertérrita Rei Ayanami mirándolos seriamente.

— ¿Qué? — fue todo lo que pudo decir Shinji una vez salió de su aturdimiento.

— Están llamando de NERV. Solicitan que vayamos de inmediato. Te llamaron a tu teléfono pero no respondes. Me pidieron que te avisara — explicó mecánicamente Rei.

Shinji dio un respingo ante eso y metió la mano en el bolsillo del pantalón, tomando el mentado aparato para revisarlo. Desbloqueó la pantalla táctil y miró el móvil sin encontrar nada fuera de lugar. Entonces sintió como Mari se arrimó junto a él y comenzó a pasar uno de sus dedos por la pantalla hasta que dio con algo.

— Aquí, mira. Tienes el móvil en "Modo Avión", por eso no te llega nada — explicó Mari, desactivando la opción, momento en que el aparato comenzó a vibrar y sonar con las llamadas perdidas de NERV.

— ¡Ups! Creo que pasé a llevar algo que no debí cuando agregué un número en mis contactos. Perdón — se excusó Shinji, pero no obtuvo respuesta.

Cuando levantó la vista se congeló ante lo que vio. Rei estaba mirando fijamente a Mari, como si estuviera tratando de diseccionarla con la mirada. Por su parte, Mari estaba tan seria como Rei, dándole una mira escrutadora, como si hubiera algo que no lograra comprender.

Ambas féminas continuaban mirándose mutuamente sin mover un solo músculo, como si estuvieran en una competencia de miradas. Un nervioso Shinji decidió que lo mejor sería intervenir, ya que no quería averiguar hasta dónde podía escalar todo esto.

— Ejem, Rei, me gustaría presentarte a una amiga, Mari Makinami. Mari, esta es Rei Ayanami, Piloto de Evangelion igual que yo — las presentó Shinji con voz algo temblorosa.

— Gusto en conocerte — dijo Mari esbozando una pequeña sonrisa.

Por respuesta, Rei continuó con su escrutadora mirada a la chica de lentes, hasta que desvió su mirada a Shinji, quien dio un respingo.

— Hay un automóvil esperando por nosotros afuera.

Con esas palabras, Rei dio media vuelta y comenzó a alejarse, pasando por alto la presentación que Shinji había hecho, este miró a Mari con cara un tanto complicada.

— Por favor discúlpala. Ella es algo; bueno… especial — se disculpó Shinji.

— Olvídalo. No hay problema — dijo Mari con gesto de una mano, restándole importancia — Más importante que eso — añadió, girándose para tomar el bento y la cajita con los palillos y poniéndola en las manos de Shinji.

— Gracias — dijo el joven Piloto EVA.

— Yo soy la que debe darte las gracias a ti, tonto. En verdad me salvaste hoy. Estaba muerta de hambre — dijo ella con una sonrisa, antes de añadir — Yo no cocino tan bien como tú, pero me comprometo a traer el almuerzo de mañana.

Shinji se sonrojó ante esas palabras. ¿Acaso Mari sabe lo que significa que una chica le prepare el almuerzo a un chico, o es solo una muestra de gratitud?

— Oye, ¿no deberías irte? — preguntó Mari, levantando una ceja.

Ante esa pregunta, Shinji recordó que efectivamente debía ir rumbo a NERV de inmediato. Con un presuroso "adiós" a su loca amiga de lentes, se giró y comenzó a correr hasta la salida de la escuela, solo para detener su carrera y derrapar con sus nuevas zapatillas rojas, quedando de frente contra un muro de chicos que no se había dado cuenta de que estaban ahí. ¿Desde cuándo estaban todos ahí? ¿Estuvieron viéndolo mientras almorzaba con Mari?

— Shinji… ¡¡¡TRAIDOR!!! — gritaron unos enojados Touji y Kensuke, mirándolo con dagas en los ojos.

Angustiado, avergonzado, nervioso al extremo y muy corto de tiempo, Shinji hizo lo único que podía hacer.

— ¡¡PERDÓN!! — gritó, volviendo a correr esquivando a todo el que tuviera por delante dando saltos y contorciones, en una formidable imitación de Jackie Chan, para luego desaparecer doblando la esquina del gimnasio.

— ¡¡Vuelve acá, traidor!! — gritaron Touji y Kensuke, corriendo detrás de un esquivo Tercer Elegido.

Atrás, Mari observó todo eso con una sonrisa en los labios, al menos hasta que su cara recuperó la seriedad, momento en que sus ojos se estrecharon al recordar a la chica peliazul; o más precisamente, algo que logró sentir en ella, algo que… entonces desvió la vista a un lado, contemplando la pared de chicos que seguían mirándola mientras babeaban en suelo.

Con toda la calma del mundo y la elegancia propia de alguien de la realeza, Mari metió la mano en el bolsillo de su falda, tomó su nuevo y costoso teléfono móvil, desbloqueó la pantalla, marcó un número y se lo acercó al oído.

— Aló, ¿Policía? Sí… quisiera hacer una denuncia por acoso sexual — declaró con voz fuerte y decidida.

Milésima de segundos después la pared de deseosos y afiebrados chicos, corrían en estampida como alma que lleva el diablo. Mari suspiró cansadamente antes de cortar la llamada que hizo a su casa, para luego guardar en móvil en el bolsillo de su falda. Entonces volvió a estrechar la mirada al recordar a la chica peliazul.

Eso que había sentido en la chica fue algo que la incomodó, como si fuera algo antiguo, poderoso e incorrecto. ¿Qué había sido eso? Lo más extraño, es que pareciera que la chica también sintió algo en ella. Estrechó los ojos. Entonces recordó la reunión en su casa y un escalofrío le recorrió la espalda. ¿Tendría esto algo que ver con todo eso? La chica peliazul trabajaba en NERV después de todo, además es extraña como el infierno.

Mari hizo una mueca al recordar lo que le había pedido su madre. Lo odió y la hacía sentirse fatal. No quería hacer esto, pero también sabía que no habría futuro para nadie si no… suspiró con cansancio y negó con la cabeza. Como fuere, había algo raro con esa chica.

— Tal vez esa gata tonta de Mayumi pueda echarle un ojo a esta Rei Ayanami — comentó para sí, emprendiendo el regreso al salón de clases.

 

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Un automóvil de color negro transitaba por calles de Tokio-3 rumbo a NERV. El Agente de Seguridad en impecable traje negro, estaba concentrado en conducir mientras que atrás los dos Pilotos EVA estaban sentados en lados opuestos del asiento, cada uno mirando por la ventanilla que tenían junto a ellos; al menos hasta que Rei rompió el silencio.

— Esa chica Mari, ¿de dónde la conoces?

Shinji miró a Rei con genuina sorpresa, ya que ella jamás hablaba o iniciaba una conversación a menos que sea estrictamente necesario. Este desarrollo lo tomó por sorpresa. Contempló a la chica unos segundos antes de responder.

— La conocí hace unos días. Es un poco alocada y bromista, pero es una buena persona.

Rei lo observó por unos segundos antes de asentir con la cabeza y devolver la vista a la ventanilla que tenía al lado. Shinji la contempló por unos segundos antes de mirar hacia adelante.

— Ella es extraña — dijo de pronto Rei.

Shinji miró a Rei sorprendido por ese comentario, pero la chica seguía con la vista fija en el paisaje que pasaba fuera de la ventilla de su lado del automóvil. No sabía qué pensar ante la declaración de la chica peliazul. Lo cierto es que hubo tirantez entre Rei y Mari cuando se conocieron. Pudo ver claramente la tensión en ellas, sobre todo con esas miradas que intercambiaron. Sintió un poco de escalofríos al recordar esa competencia de miradas.

"La mujeres dan miedo" pensó Shinji, con un leve estremecimiento.

La verdad es que la actitud entre Mari y Rei, fuera de ser algo preocupante, también lo descolocó. Le gustaría preguntarle a Rei a qué se debió todo eso, pero la actitud actual de la chica peliazul daba a entender que no estaba por participar en ningún tipo la conversación, por lo que Shinji solo pudo exhalar un suspiro mientras decidía que lo mejor era dejar las cosas ahí por ahora. Rei había hablado mucho más de lo normal para ella, así que decidió no forzar las cosas; además, había algo mucho más apremiante en ese momento.

— Ejem, disculpe. ¿Sería posible parar en un Kombini antes de llegar a NERV?

— ¿Qué? — preguntó el Agente de Seguridad al volante del automóvil, sorprendido por la repentina pregunta del Tercer Elegido.

El joven Piloto EVA estaba por responder a la pregunta del hombre, cuando su estómago dio un fuerte gruñido. Shinji se sonrojó, el hombre arrugo el ceño; e increíblemente Rei desvió la mirada hacia su colega Piloto, levantando una ceja.

— Tengo hambre — exclamó un avergonzado Shinji.

— Come algo cuando llegamos a NERV — fue la cortante respuesta del Agente de Seguridad.

Una exclamación de sorpresa apareció en el rostro de Shinji ante esa respuesta, pero una dura mirada desde el espejo retrovisor por parte del hombre al volante, fue suficiente para hacerle saber que la respuesta era definitiva.

Un hambriento y ahora resignado Shinji, bajó la cabeza en derrota, mientras su estómago hizo una nueva protesta reclamando alimentos. La imagen de una chica de lentes y sonrisa zorruna devorando "todo" su almuerzo, atravesó la mente del joven Piloto EVA, quien no pudo evitar hacer una mueca ante eso.

"Se suponía que íbamos a compartirlo" pensó Shinji, mientras su estómago daba un nuevo gruñido, cortesía de cierta chica de lentes que lo dejó sin almuerzo.

 

 

Continuará...

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Notas del Autor: ¡Hola a todos! Finalmente se da el regreso de Shinji a la escuela, con la sorpresa de que ahora hay dos personas a las que puede llamar formalmente "amigos". Eso no quiere decir que estos nuevos amigos no sean un fastidio, o que no le van a meter en problemas en el futuro.

Mari hizo su reaparición estando ahora en el salón de al lado, sorprendiendo a Shinji, y de paso, revolucionándolo todo con su presencia. Tal parece que Mari ahora estará mucho más presente en la vida de Shinji y no sabemos si para bien o para mal; pero… ¿Qué fue todo eso con Rei? ¿Qué es lo ambas sintieron? Ya lo veremos.

Saludos y nos leemos.

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