Vas a pensar ¿Acaso es muy guapo?.

Claro que no, apoco no sabes que a muchas nos gusta ver los hombres guapos que deslumbran, y decimos "que hermoso, con este papasito si tengo hijos", pero claramente terminamos enamoradas de ese renacuajo sin sueños, sin metas y lo peor que al final ni siquiera era lo que pensabamos.

Y ahí estaba ese morrito moreno, ojos marrones, pelo negro no liso pero tampoco rizado, super consentido por sus papás y creciendo apenas que mas se espera de un niño de 12 años. Si raza soy asalta cunas, me gustan menores, en ese momento no lo sabía pero me declaro amante del colágeno masculino .

Ese primer día de clases que conocí a mis compañeros, me habló un chico que según el me conocía desde que hiba en tercero de primaria, la verdad hasta este momento solo recuerdo a sus hermanas pero de él ni siquiera, total que me dijo: ¿eres Ema verdad?, si, conteste. "Yo te conozco" expreso, desde ahí era el único que me incluia mas al grupo y había mas confinza. Este era un chico alto el mas alto de la clase, barba cerrada y según todas las chiquillas de la telesecundaria el chico mas guapo de la escuela. Hasta este momento sigo pensando si estaban ciegas o que tenian, para nada era el gran hombre precioso en mi opinión, claro que tendrías que verlo para decir si estoy mal, pero a donde quiera que ibas escuchabas a las chicas decir "que guapo es Manuel el de primero B", porque ya saben hay que especificar ya que en ciertos años las mamás por alguna razón a todos los de la misma generación les pusieron igual.

Para la semana siguiente la sercania con mis compañeros ya era mayor, por algún motivo, casualidad o pacto universal, en la mayoría de las clases la maestra hacía equipos sorteados, y siempre me tocaba con Elberth el chico seminarista, yo no lo planeaba pero ya sabía que sería con él, incluso su hermana que iba a recogerlo sabía que siempre éramos equipo y si a nadie en el pueblo lo recogían a la salida y a él si. Vamos todos caminaban, nada raro pasaba en el pueblito, pero él se daba esos lujos.

Un día común y corriente como es costumbre la profesora (porque si era una para todas las materias) nos puso a limpiar el salón, ese salón viejo de tejas cállense, con ventilador de techo rechinando al cual apagabamos para que no se cayera, éramos el único grupo en ese edificio y el último porque después de nosotros nadie quiso entrar ahí. Para limpiar me coordine con Manuel de una manera muy organizada y al finalizar Elberth me dijo que ya sabía que Manuel me gustaba pero que viera que ya había muchas en la lista. Pero yo ni siquiera había leído los requisitos, ni mucho menos había enviado mi Curiculum para ese puesto, "a mi no me interesa, ¿porque a ti si?" le respondí.