El DIa De Mi Maldición.

─ Ha...¡AHH!Una chica estaba tirada en el suelo, sentada mientras jadeaba, teniendo una enorme cantidad de sangre en sus manos, parecía estar ocultándose de alguien, viéndole desde la lejanía, en donde estaba oculta aquella chica joven, ''Sí, esa soy yo'', pero antes de ver cómo me matan, ¿Qué te parece si te demuestro que fue lo que sucedió antes de que todo se fuese al caño?'', decía la voz de la protagonista hasta mostrar lo que había sucedido hace varias horas antes, la pelinaranja se encontraba caminando por los pasillos de la escuela teniendo sus audífonos de color rojos, reproduciendo una melodía, melodía la cual hacía que ella moviera su cabeza de arriba hacia abajo, así hasta que veía un pasillo totalmente solitario, fue ahí cuando su cabeza veía aquel pasillo como si fuese una pita de baile.—Been working so hard, I'm punching my card, Eight hours, for what?, Oh, tell me what I got.La chica cantaba en voz alta, deslizándose por aquel piso levemente húmedo como si fuese una pista de baile, esta aplaudía y así comenzaba a bailar mientras estaba caminando, moviendo la cabeza de lado a lado al igual que sus manos, en su mente podía imaginar la pista de baile de aquel patio lleno de gente, esta tronaba sus dedos saludando a aquellas personas, quienes le saludaban de vuelta, algunos incluso se habían desmayado con corazones en su cabeza, incluso se sentía la mitad de la pista, con todos diciendo lo bueno que era en aquel baile.─ ¿Qué le pasa?...─Decía una chica, extrañada de verla.─ Quién sabe, pero con razón nadie se junta con ella, está medio loquita.La chica continuaba cantando y bailando hasta que terminaba golpeándose la cabeza contra uno de los casilleros haciendo que sus audífonos cayeran al suelo. Cuando ellos caian, esta se agachaba y cuando fue a tomarlos, una gran mano los agarraba por ella. Esta subía la mirada y se encontraba con un chico, apuesto, de ojos azules y cabello marrón claro. La chica tragaba saliva mientras su cuerpo comenzaba a ser una máquina de sudor. La chica se levantaba y veía fijamente a aquel chico, todo parecía en cámara lenta, incluso podía ver el brillo en los ojos de ambos, su corazón estaba tan acelerado que parecía romperle el pecho.— Oye, ¿te encuentras bien? , te me quedaste viendo como por dos minutos─dijo el chico, devolviendo le los audífonos extrañados.— ¿¡Eh!? A-...ah jaha, si es que eres... Muy guapo, ¡digo no!, o sea, si eres guapo, pero yo─ Pamela se puso nerviosa, y aunque tratara de decir algo más, sus nervios no la dejaban.─ Rara─El chico solo le dejaba sus audífonos yéndose de ahí, extrañado.─ ¡Nghg..Augh!, ¿¡Porqué!?─ Pamela, al este irse, comenzaba a dejarse algunos pequeños golpes en la cabeza hasta que otro fuerte le llegaba por atrás.─ No lo sé, te vi pegándote en la cabeza, pensaba que era el día de pegarle en la cabeza a pamela y puf como para perdérmelo─dijo una chica que había llegado, con una amable sonrisa.─ Pendeja... Ahg. Soy una idiota, perdí la única oportunidad que tuve para hablar con Jemmey..., tonta... tonta... ¡Auch!— Pamela volvía a golpearse, pero esta vez en las mejillas, siendo callada por una cachetada.─ ¿Qué?, solo trataba de ayudar─La chica sonreía encogiéndose de hombros.─...Uegh..Pamela solo ladeaba sus ojos mientras acariciaba su cabeza debido al golpe que le habían dado, fue así como ambas comenzaban a caminar en dirección hacia aquella aula donde estudiaban, el tiempo había pasado y cuando ambas salieron de la escuela terminaban llegando a la casa de su mejor amiga, Pamela había perdido a sus padres a una edad temprana en un accidente, y la madre de su mejor amiga no dudó en adoptarla como su hija, ambas subían rápidamente por las escaleras, mientras la madre les veía algo extrañadas, ya que siempre solían llegar a comer, aun así continuaba terminando de hacer la comida.─ ¡Entonces, estaba viéndole, y se quitó la camisa! ¡Eso fue tan...!Ahhh... Ambas se habían derretido como si fuesen dos helados en el sol, hasta que Pamela se terminaba por acostar en la cama, agarrando su teléfono y viendo la hora, dentro de poco tenía que comenzar aquella fiesta de graduacion, por lo que volteaba a ver a su amiga mientras suspiraba.─ ¿Tú crees que Jemmey me haga caso? Mejor...Ni siquiera iré al baile... Pamela negaba con la cabeza.─ ¡Pame, escúchame! Esta es la oportunidad de nuestras vidas para dejar de ser las marginadas del salón ─La chica movía su mano hacia arriba.─... Tardaron como dos semanas en enterarse de que existíamos..─Dijo pamela bajando sus cejas y recordando algo.─ Pamela Heldeisten─ decía la maestra.— ¡Presente!—Pamela levantaba la mano.─ ¿Ah?─La profesora veía a los lados.─ Qué presente profe─Pamela se levantaba de su asiento.─ ¿Usted es Pamela? , pero si usted nunca viene —dijo la profesora con una ceja levantada.─ Vengo todos los días, incluso fui yo quien le dejé esa carta para que revisara mi cuaderno, porque jamás lo hizo─decía pamela bajando sus cejas.─ Oh... Bueno, siguiente.Al acabar ese flashback, ambas bajaban sus cejas, aunque no habían tardado mucho, pues Cecilia tomaba a su amiga moviéndola de lado a lado de sus hombros, hasta que Pamela le tomaba de sus manos haciendo que se detuviera mientras fruncía el ceño.─ Escucha Pame, tenemos que ir a esa fiesta y salir de nuestra zona de confort, o terminaremos como la peor cosa del mundo.─ Dijo la Cesilia, en voz baja.─ ¿Embarazadas a los 16?─Dijo pamela.─ No, aún peor..¡Solteras a los 30!─ Cesilia abría sus ojos bastante.─ ¡AHHH!Ambas ponían sus manos en sus mejillas mientras daban ese agudo grito, que hasta parecía que había salido de sus habitaciones, las horas pasaron y cuando llegaban las 6 en punto ambas comenzaban a alistarse, era su gran noche, aquella en donde por fin saldrían de las sombras de estar sentadas en los últimos lugares. La madre estaba encargándose de maquillar a su hija, ya que ya había terminado de maquillar a Pamela, Pamela por su parte estaba en ropa interior en la habitación poniéndose varios conjuntos, conjuntos que ninguno le llamaba la atención hasta que encontraba un vestido de color negro, Pamela lo veía por unos segundos, pero lo dejaba ahí volviendo a ponerse otro tipo de ropa. Cesilia salía de la habitación, poniendo su tacón en el suelo, lentamente se revelaba la ropa que tenía, un vestido de color azul marino, un collar de perlas, unos aretes dorados y finalmente una diadema de color rojo claro. La pamela por su parte, salía, con unos pantalones negros y una camisa de cuadros.—¡Te me quitas esa ropa!—dijo Cesilia con las manos en las caderas.─ ¿Qué porque, qué tiene?─Dijo pamela confundida viéndose.─ Pareces una lesbiana en potencia, vamos a ir a una fiesta..¡No a una convención de leñadores.. ¡Vamos!Cesilia le tomaba de la espalda comenzando a empujarla haciendo que ambas entraran a la habitación, en donde poco despues ambas habian salido, pamela tenia el cabello recogido al igual que unos aretes de color dorado, y claro que si, aquel vestido que habia encontrado en el armario y que se queria poner en un principio, aun asi esta tomaba una chaqueta y se la ponia, le encantaba como se veian pero...Jamás había mostrado más cuerpo del debido, ambas estaban animadas hasta que veían la hora ¡Las ocho de la noche!, faltaban solo unos pocos minutos antes de que la fiesta empezara por lo que ambas salieron corriendo, Cesilia bajaba las escaleras mientras pamela se ponía encima del barandal bajando a toda velocidad, ambas llegaban al suelo, aunque antes de irse.─ ¿Beso de despedida?─Decía la mayor.— ¡Pero mamá!— Cesilia bajaba sus cejas, queriendo irse ya.─ BESO DE DESPEDIDA.Decía una versión enorme y monstruosa de la madre, por lo que Cesilia terminaba yendo hacia ella, la madre le tomaba de sus mejillas dejándole un enorme beso en la mejilla, Cesilia movía sus manos de lado a lado tratando de zafarse hasta que terminaba siendo soltada, Cesilia llevaba una de sus manos hacia su mejilla y se iba a ahí tallándose la zona del beso, pamela abrazaba a la madre, y la madre correspondía el abrazo dándole un beso en la zona del pelo, fue así como ambas veían hacia los lados hasta encontrarse con el coche de su padre.─ ¡Ahí!Cesilia y pamela salían corriendo hasta ponerse en el coche, el fuerte sonido del motor de varios caballos de fuerza se escuchaba, ambas se ponían unos cascos de hello kitty y así fue como el coche arrancaba revelando que el padre es quien se había ido, mientras ambas estaban subidas en una bicicleta, Cesilia comenzaba a manejar a todo lo que podía con aquella bicicleta mientras pamela estaba parada en la parte de atrás tomándole de los hombros a Cesilia, así hasta que finalmente habían llegado a su destino, el guardia tras verles les abría la puerta y así. Por fin habían llegado, ambas comenzaban a caminar por ahí viendo hacia los lados, las decoraciones, los globos, la música a todo volumen, era un ambiente totalmente distinto al que unas introvertidas como ellas estaban acostumbradas.─ ¡Esto es asombroso!─dijo Cesilia viendo todas las decoraciones....─Pamela no parecía de ánimos, sobretodo al ver cómo algunas chicas y chicos le veían riéndose en voz baja.—¿Te sientes bien, pame?— Cesilia le ponía una mano en el hombro.─ Yo.. Sí.. Solo, necesito comer algo, no hemos comido nada. ─Decía pamela con la cabeza baja.─ ¡Iré por unos postres, ahh..Postres de mora azul!Pamela bajaba la mirada mientras acariciaba uno de sus brazos cubiertos por la chaqueta negra que tenía consigo. Pamela pasaba por entre la gente mientras que Cesilia se había ido para conseguir aquellos bocadillos. Entre toda la multitud, Pamela se encontraba con el mejor amigo de Jemmey. Esta quería acercarse a preguntarle, pero aquel chico sospechosamente veía hacia los lados y al ver que no había nadie terminaba yéndose, a Pamela le pareció muy extraño aquello, por lo que esta terminaba siguiendo a aquel chico. El chico pasaba por zonas por las que no mucha gente pasaba, sobre todo porque era a las afueras de la escuela, en donde no muy lejos había un bosque, casualmente, es ahí donde se dirigía aquel chico. pamela trataba de pensar en ir o no ir, pero al final su curiosidad le había ganado, eso sí, no sin antes haber compartido su ubicación con Cecilia por si algo malo sucedía. pamela entraba viendo hacia los lados, se sentia extraño, un frio recorria todo su cuerpo, hasta que una enorme y extraña figura habia pasado por entre los arbustos, pamela llena de miedo se echaba hacia atras escondiendose en un arbol, pamela estiraba un poco la cabeza suficiente para sacar su telefono y grabar lo que estaba sucediendo, tanto aquel chico como otros tres estaban rodeando algo, pamela no lograba distinguir que era hasta que uno de los chicos tomaba lo que parecia ser un mazo, el chico se agachaba y le quitaba la bolsa de la cabeza a eso que habia en el suelo, revelando que se trataba de una pequeña niña, quien estaba totalmente desmayada, pamela dejaba de grabar al tener evidencia suficiente, y asi con el pulso temblante se dispuso a marcar al 911, pero sin saberlo, su telefono tenia todo el sonido, asi que al pulsar los numeros su telefono hizo un ruido, pamela apretaba sus manos comenzando a jadear de una forma asustada, uno de los chicos se acercaba al arbol donde estaba pamela, aunque al llegar no veia nada, pamela habia escapado, estaba oculta en uno de esos arbustos que habia por ahi, la niña había despertado, comenzando a gritar, aterrada claramente, fue ahí cuando el chico del mazo volvía a tomar el mazo, este bajaba el mazo a toda velocidad golpeando el suelo. la niña había dado el grito más grande que había dado, seguramente fue así como otra cosa se acercaba, siendo aquella enorme bestia que pamela había visto antes, la bestia tomaba a la niña del cuello levantándola y acercándosela al rostro. la bestia puso sus dos filosos y enormes dedos en los ojos de la infanta, y así de un rápido movimiento acababa por clavarlos en ella. La niña comenzaba a moverse de lado a lado tratando de escapar, pero aquella bestia la había terminado devorando de un solo bocado, dejando solo los zapatos de la niña caer al suelo. Aquella criatura comenzaba poco a poco a perder tamaño, hasta que su cuerpo comenzaba a asimilarse al de un humano, el pelaje se comenzaba a retraer, las enormes orejas también, y fue así como después de unos pocos segundos aquella criatura se había transformado en un humano, pero... Alguien muy conocido, tanto que hizo que pamela cayera al suelo rompiendo varias ramas, aquel hombre que antes era una bestia se comenzaba a acercar revelando que se trataba de Jemmey.─ ¡Ha..AHHH!Pamela gritaba mientras veía a Jemmey desde el suelo, las lágrimas corrían por el rostro de Pamela debido al miedo que estaba sintiendo, Jemmey solo le quedaba viendo fijamente, se agachaba y ya estando enfrente de ella, levantaba sus dos dedos, acercándolos hacia el rostro de Pamela.─ ¡No, no alejate, alejate de mí! Alejate..AHHH!Solo se veían las sombras, pamela arrastrándose por el suelo mientras Jemmey se acercaba hasta que terminaba por agarrarla, un desgarrador grito de parte de pamela había salido junto al grotesco sonido de la carne y hueso siendo trapazada, incluso los pies de pamela se movían de forma errática.