Han pasado varios meses desde que mi propia hermana me traicionó y se alzó en mi contra. Siendo honesta, no me sorprende que ella me desafiara. Sin embargo, ¿por qué lo hizo la mayor parte de la población?
Se supone que la gente sigue ciegamente a la persona más fuerte, tanto por tradición como por instinto. Sin embargo, a pesar de mi fuerza, están en mi contra. No tiene sentido.
Me encuentro en mi campamento de mi lado en las afueras de la ciudad, tratando de identificar una estrategia que me permita acabar con esto de una vez por todas. De pronto, alguien más entra a la tienda.
"Con su permiso, Señorita Adira" (Mirt)
"Descuida. Puedes pasar" (Adira)
Se trata de Mirt, bastante nervioso por la situación. Es bastante lógico, ya que él siempre se ha preocupado por mi hermana y por mí como si fuéramos sus propias hijas.
"¿Qué me puedes decir de nuestra situación actual?" (Adira)
"En base a la información que pude reunir, dedusco que ésta será la última pelea que habrá antes de su victoria. De no ser así, es cuestión de tiempo antes de ganar" (Mirt)
"No es que dude de tí, pero ¿por qué estás tan seguro de éso, si nos siguen superando en números? (Adira)
"Es verdad que la Señorita Brenda se alió con la mayoría de los guerreros de la ciudad, pero usted aún cuenta con el apoyo de casi todos los sirvientes" (Mirt)
"Vuelvo a repetir, ¿por qué crees que ganaremos? (Adira)
No importa si los sirvientes están de mi lado, si no pueden pelear, son peso muerto. Es más, al igual que los demás, es su obligación servir a la reina. No entiendo su lógica.
"Tal vez no puedan pelear, pero su aportación a esta guerra civil es más importante de lo cree, Señorita Adira" (Mirt)
"¿Me lo puedes explicar, por favor?" (Adira)
"No importa qué tan fuerte seas, si no comes, mueres. Gracias a sus sirvientes, la comida nunca le ha faltado ni a usted ni a su gente. Por otro lado, la Señorita Brenda ya agotó sus reservas de alimentos, por lo que es cuestión de tiempo para que pierdan sus fuerzas" (Mirt)
Es verdad, el hambre es un gran obstáculo a la hora de pelear. Ya no puedo recordar cuántas veces he regresado a buenos guerreros sólo porque se saltaron sus comidas.
"Además, aquellos que se dedican a la herrería y la boticaria también han colaborado con nosotros. Gracias a ellos, el equipamiento nunca fue un problema y los guerreros están lo suficientemente sanos para seguir peleando" (Mirt)
Es un buen punto. Gracias a todos éso nuestras bajas han sido mínimas.
"En conclusión, mientras no pierda demasiados aliados en el campo de batalla y mantenga la moral de la gente, con un empate será suficiente para terminar con esto, Señorita Adira " (Mirt)
Ésas son buenas noticias. Cuanto antes termine esta guerra sin sentido, antes estaremos preparados para la próxima vez que nos ataquen los monstruos.
"Si me lo permite, Señorita Adira, una vez concluido este asunto, debería recompensar a todos los sirvientes por sus esfuerzos..." (Mirt)
"No creo que sea necesario " (Adira)
Tal vez sea grosera, pero me niego a permitir que Mirt termine esa absurda idea.
" Pero Señorita Adira..." (Mirt)
"Los sirvientes tienen la obligación de satisfacer las necesidades de los fuertes. No necesitan pensar que lo hacen por alguna recompensa o reconocimiento" (Adira)
"Es verdad, pero..." (Mirt)
"Todo aquél que no lo entienda, o renuncia para valerse por sí mismo, o reconoce su traición hacia sus superiores y acepta la muerte" (Adira)
Suena algo cruel para Mirt, pero lo aclaro con firmeza. Así es como ha sido desde el principio de los tiempos y así es como debe comportarse la servidumbre. Los más fuertes siempre deben prevalecer ante todo.
"Entiendo, Señorita Adira" (Mirt)
Se nota su resignación, pero él conoce mejor que nadie mi pasado. Comprende perfectamente mi situación.
"Le deseo buena suerte en la batalla, Señorita Adira" (Mirt)
Da una reverencia y se dirige a la salida. Sin embargo, se detiene justo cuando levanta la cortina.
"Respeto su forma de pensar, Señorita Adira, pero debe tener cuidado respecto a la forma en que se expresa. No quisiera que se volviera a lastimar debido a ello..." (Mirt)
Sin decir nada más, él se retira de la tienda.
Innecesariamente vuelvo a pensar en el pasado. La lluvia, la sangre, el dolor... Ésas sombras siguen atormentándome, pero debo ignorarlas para mantenerme concentrada en lo que tengo en frente.
Después de aclarar mi mente, agarro mi hacha y salgo al campo de batalla.
...
Después de algunos minutos de haber empezado la batalla, se nota la diferencia entre ambos bandos. Mirt tenía toda la razón.
Mientras que mi gente y yo estamos en excelentes condiciones, nuestros oponentes están hambrientos, mal heridos, débiles y usando armas y armaduras bastante desgastadas.
Veo a muchos morir frente a mí. Algunos por mi propia mano, pero otros también por mis soldados. Me duele un poco, pero es su castigo por traicionarme.
Luego de varios enemigos, finalmente estoy frente a frente con mi hermana.
"¿Qué clase de sucio truco usaste para debilitar a mis hombres? (Brenda)
"Yo no hice nada. Sólo es la prueba de que no estás hecha para gobernar " (Adira)
Se nota bastante su disgusto, pero es la verdad. Acusar a los demás en vez de reconocer sus errores y hacerse responsable de sus actos... Despreciable.
Sin decir nada más, ambas damos un salto al frente y nuestras armas chocan entre sí.
Ella balancea su mandoble contra mí, pero consigo bloquear todos sus golpes. Además de su falta de fuerza para manejar esa arma tan pesada, se puede notar su deficiencia en su condición física. Se nota que tampoco se ha alimentado bien en los últimos días.
Antes podía decir que le ganaría a mi hermana con facilidad, pero ahora estoy convencida de que la victoria es ridículamente aplastante.
Después de una serie de intercambio de golpes, consigo tirarla y poner mi hacha cerca de su cuello.
"He ganado, hermana" (Adira)
"No hasta que me mates. Prefiero mil veces éso a tener que soportar las deficiencias de tu reinado" (Brenda)
Tiene razón. Esta guerra no terminará hasta la responsable caiga definitivamente. Me duele tener que hacer esto, pero son las consecuencias de sus actos.
"¿Tus últimas palabras?" (Adira)
"¿Qué se siente tener las manos manchadas con la sangre de nuestros padres y, ahora, de tu hermana? (Brenda)
Lo dice con mucha satisfacción. Tengo que agradecerle por ayudarme a tomar esta decisión con facilidad.
Muevo mi hacha para dar el golpe definitivo, pero justo cuando estaba cerca de su cuello, el suelo empieza a temblar.
Dura un segundo, pero se repite una y otra vez, aumentando poco a poco la intensidad y el ruido que éste hace.
Volteo hacia el origen del sonido. Sólo puedo observar que proviene de las profundidades de la jungla...