El sol se alzaba en el horizonte, bañando la ciudad de Estados Unidos con sus cálidos rayos. En medio de la tranquila mañana, un joven flaco de 16 años llamado Alex caminaba con pasos lentos y cansados hacia la escuela. Cada paso que daba estaba lleno de angustia y temor, pues sabía que el día estaría repleto de burlas y golpes por parte de sus compañeros abusivos. Sus pensamientos se perdían en el recuerdo de su vida pasada como el valiente boxeador Adam.
Alex: (suspira) Otro día más... Espero que hoy sea un poco mejor que ayer.
Mientras se acercaba a la escuela, Alex divisó un grupo de chicos más grandes y musculosos que se burlaban de él desde lejos. Su corazón latía con fuerza, anticipando la próxima agresión. Sin embargo, algo en su interior se levantó, alimentado por el espíritu resiliente de Adam.
Alex: (con determinación) No puedo permitir que me pisoteen más. Ha llegado el momento de enfrentar mis miedos y buscar la grandeza que merezco.
Con una firme determinación, Alex levantó la cabeza y se acercó al grupo de matones, quienes se detuvieron al verlo acercarse con una expresión valiente en sus ojos.
Matón 1: (riendo) ¡Miren quién ha decidido mostrarse hoy! ¿Vas a poner tu cara flaca en nuestra lista de golpes?
Alex: (firme) Ya es suficiente. Estoy cansado de ser su punching bag. Los desafío a enfrentarme uno a uno en una pelea justa.
Matón 2: (sorprendido) ¿Te crees valiente solo porque te crecieron un par de agallas, chico coreano? Te vamos a destrozar.
Uno de los matones se acercó y lanzó un puñetazo directo hacia Alex, pero él reaccionó rápidamente, bloqueando el golpe con destreza y respondiendo con una serie de golpes precisos y veloces. El sonido de los puños chocando contra la carne llenaba el aire y los matones se quedaron estupefactos ante la habilidad que Alex mostraba.
Narrador: Los movimientos de Alex reflejaban su experiencia pasada como el talentoso boxeador Adam. Sus golpes eran precisos y su velocidad era sorprendente para su delgado cuerpo de 16 años.
A medida que Alex continuaba golpeando y esquivando los ataques de sus agresores, su confianza crecía. Los matones, desconcertados y aturdidos por los golpes, comenzaron a retroceder, incapaces de soportar el contraataque feroz de Alex.
Alex: (con voz firme) Consideren esto como una advertencia. A partir de ahora, ni uno solo de ustedes se atreverá a tocarme nuevamente.
Con su último golpe, Alex dejó a los matones en el suelo, doloridos y humillados. La multitud que había empezado a formarse vitoreó y aplaudió el coraje y habilidad de Alex. Un extraño sentimiento de satisfacción y empoderamiento llenó su corazón, sabiendo que había encontrado una forma de enfrentar sus propios demonios y protegerse a sí mismo.
Mientras la multitud se dispersaba y los matones se retiraban con sus heridas, Alex se quedó parado en medio del patio de la escuela, con la mirada fija en el horizonte. Sabía que esta era solo la primera batalla, pero estaba decidido a convertirse en el mejor en lo que hacía: un luchador de MMA.
Narrador: Con su victoria en la pelea contra los matones, Alex había encontrado una nueva determinación en su vida. Este era solo el comienzo de su viaje para buscar justicia y redención, y estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino.
Alex se quedó de pie en el patio de la escuela, sintiendo la mezcla de adrenalina y satisfacción que seguía fluyendo por sus venas después de su victoria contra los matones. Era consciente de que esto era solo el comienzo de su viaje para buscar justicia y redención, y estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino.
Después de un momento de reflexión, Alex decidió dirigirse hacia el gimnasio de MMA que había visto mientras caminaba hacia la escuela. Sabía que en ese lugar podría desarrollar sus habilidades y obtener los conocimientos necesarios para enfrentarse a luchadores de alto nivel, como su antiguo enemigo, "El Destructor".
Cuando llegó al gimnasio, fue recibido por el entrenador, un hombre con una mirada severa pero amable.
Entrenador: ¿En qué puedo ayudarte, chico?
Alex: (con determinación) Me gustaría unirme al gimnasio y entrenar para convertirme en un luchador de MMA.
El entrenador observó a Alex detenidamente, evaluando su apariencia delgada pero su mirada llena de determinación.
Entrenador: ¿Tienes experiencia en alguna disciplina de combate?
Alex: Solía ser un boxeador antes de... antes de que esto sucediera. Quiero decir, antes de reencarnar en este cuerpo.
El entrenador asintió con comprensión, reconociendo la historia complicada y las habilidades ocultas de Alex.
Entrenador: Muy bien, chico, te daré una oportunidad. Pero ten en cuenta que esto no será fácil. Aquí luchamos con dedicación y esfuerzo.
A lo largo de los días y las semanas, Alex se dedicó por completo a su entrenamiento en el gimnasio. Bajo la estricta mirada del entrenador, se sumergió en un régimen riguroso de ejercicios, práctica de técnicas de combate y fortalecimiento de su cuerpo. Cada día, su determinación se fortalecía aún más, recordándole que su objetivo final era enfrentar a "El Destructor" y obtener la justicia que ansiaba.
Mientras tanto, Alex también se esforzaba por adaptarse a su nueva vida en Estados Unidos. Aunque extrañaba su hogar en Corea del Sur y a su madre, sacaba fuerzas de su interior para acostumbrarse a la cultura y hacer nuevos amigos en su nueva escuela. Aunque era consciente de las dificultades que enfrentaba por ser un extranjero, no permitía que eso lo detuviera en su búsqueda de grandeza.
Narrador: A medida que Alex avanzaba en su entrenamiento, su cuerpo se fortalecía y su habilidad en las artes marciales mixtas mejoraba drásticamente. El rumor de su presencia y su destreza en el gimnasio comenzaba a expandirse, atrayendo la atención de luchadores más experimentados.
Una noche, después de una intensa sesión de entrenamiento, el entrenador llamó a Alex a su oficina.
Entrenador: Eres duro, chico. Has demostrado una dedicación y un progreso impresionantes. Creo que ha llegado el momento de que des un paso más allá.
Alex: ¿A qué te refieres, entrenador?
Entrenador: He organizado una pelea para ti. Un combate amateur contra un luchador veterano. Sé que eres capaz de enfrentarte a él.
El corazón de Alex se aceleró ante la perspectiva de su primera pelea real en mucho tiempo. El desafío frente a él sería una prueba de fuego para medir sus habilidades y determinación.
Alex: Estoy listo, entrenador. No importa quién sea mi oponente, lo enfrentaré con todo lo que tengo.
La emoción y la tensión inundaban el aire mientras Alex se preparaba para su próxima batalla. Este sería el primer paso de muchos en su búsqueda de venganza y redención.
Continuará...