—Tú... —Jennifer Lopez se quedó paralizada en el sitio, como si estuviera congelada en su lugar.
Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, incapaz de moverse.
Todo lo que podía hacer era mirar impotente mientras Arlo Percival avanzaba paso a paso hacia ella.
Nathanael Warm también estaba de pie en el patio, manteniendo la postura de sostener una espada con una mano.
Pero la espada ya había caído al suelo.
Todos los invitados en el Patio de la Familia López sentían una debilidad abrumadora.
El fármaco había sido esparcido desde el helicóptero.
Aunque el efecto se había reducido considerablemente, todavía tenían media hora.
—¡Adúlteros! —Arlo Percival, con los ojos rojos, se acercaba a Nathanael Warm y a Jennifer Lopez.
La mano que sostenía el cuchillo temblaba ligeramente.
Asesinar significaba que él tampoco podría sobrevivir.
¿Pero no había vivido una vida tan miserable todos estos años solo para vengar a su padre?
¿Para vengarse a sí mismo?
