```
—Yo...
Antes de que Coby Marsh pudiera abrir la boca para hablar, le golpearon la cabeza con solidez.
—¡Compórtate!
Después de completar la acción, un oficial sacó una caja de dardos de la cintura de Coby Marsh.
—¡Revísala, a ver si el modelo coincide!
Al ver esta caja de dardos, la cara del oficial se iluminó de emoción.
Hoy no había sido un viaje en vano.
Y parecía que realmente había sido obra de este Coby Marsh frente a ellos.
El dueño de la tienda de joyería más grande de Ciudad Gonzalez, escondiendo una caja de dardos.
Solo pensarlo era emocionante.
—Informe, señor, el modelo coincide con los agujeros en el suelo, estamos bastante seguros de que son los mismos dardos. En cuanto al funcionamiento específico, necesitamos hacer un examen detallado adicional —dijo con cautela después de ponerse guantes blancos un oficial responsable de inspeccionar la caja de dardos.
Tenía décadas de experiencia en su trabajo y había tenido innumerables experiencias.