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Contrariamente a las expectativas, no hubo una escena en la que Julio Reed fuera lanzado volando hacia el cielo.
El conductor, como si hubiera chocado con un objeto sólido, ¡hizo que todos los airbags del habitáculo se desplegaran!
Y desde donde estaba el motor, comenzó a salir humo negro: ¡todo el frente del coche quedó irreconocible, seriamente dañado!
Frente a este capó arrugado, Julio Reed tenía un pie sobre la tapa del motor del coche, y el otro pie se deslizó casi medio metro hacia atrás debido a la tremenda fuerza de impacto del coche.
El asfalto en el suelo quedó con un surco profundo y largo como resultado.
—¿Cómo... cómo es posible esto! —Benson Michael no podía creer que lo que estaba viendo fuera real.
—¡Cómo podría la fuerza humana ordinaria competir con estas máquinas de acero! —Se frotó los ojos, solo para encontrar que Julio Reed estaba de pie justo frente al coche, sonriéndole.