Dentro del Hotel Perla sobre el Agua.
La Viuda Roja yacía en una gran cama mientras tres doctores se afanaban a su alrededor, examinándola.
—Señor Reed, ¿esta dama es su... —Miguel Abbott preguntó con cautela desde un lado.
Hace media hora, había recibido una llamada de Julio Reed.
Pidiéndole que preparara una cama, una habitación y tres doctores.
El algo desconcertado Miguel Abbott trajo estas cosas a Julio Reed, solo para ver a una mujer cubierta de sangre.
Para un jefe de su nivel, contaba con varios médicos privados a su disposición.
No solo eran altamente cualificados, sino que también residían dentro del Hotel Perla sobre el Agua.
En cuanto a la cama y la habitación, había mucho de sobra en la Perla sobre el Agua.
Una vez en la habitación, los doctores comenzaron su apresurada exploración.
Mirando desde un lado, Miguel Abbott sintió un escalofrío hasta los huesos.