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—¡Bang!
—¡Dame una explicación! ¡Exijo una explicación! —Stanislaus Potter pateó la puerta de la sala de conferencias abierta, mirando furiosamente a la habitación llena de gente.
La sala de conferencias anteriormente ruidosa se volvió extrañamente silenciosa.
Los ejecutivos bajaron todos la cabeza, evitando la mirada del presidente.
—¡Habla!
Stanislaus Potter se acercó al gerente general y golpeó la mesa.
En su mano, sostenía un informe financiero.
Registraba claramente cómo habían fallado en esta guerra empresarial.
—¡Explícamelo!
—Presidente, el Grupo Titan invirtió un total de diecisiete mil millones en solo medio día —el gerente general, con la cabeza baja y la voz temblorosa, dijo—. Los empresarios que previamente estaban de nuestro lado, al ver esta situación, retiraron su capital y huyeron.
Los empresarios no son tontos.
En sus ojos, no hay enemigos permanentes, ¡solo intereses permanentes!