Cuando Shirley tomó el plato, frunció ligeramente el ceño.
Era de hecho algo difícil de aceptar.
Había vagado por el mundo, probando comidas deliciosas de todos los lugares.
Pero mirando dentro del portalápices, esa cola de pollo...
—¿Estás segura?
—Prueba un bocado primero, déjame ver —pasó Shirley el portalápices.
Era una costumbre.
Afuera, el primer bocado nunca era para ella.
Si no fuera por esta precaución, le habría resultado difícil vivir hasta hoy.
—Ah...
—Asqueroso —tomó Bamboo Whitaker el portalápices, su garganta se movió.
Pero si no comía, ya podía ver la espada de Shirley, atravesando su propia garganta...
Gorgoteo.
Bamboo tragó su saliva y puso la cola de pollo en su boca.
—¡Delicioso!
Picante y ligeramente ácido.
La acidez del limón.
Una receta que había recordado subconscientemente resultó tener un sabor muy único.
Segundo bocado.
Bamboo masticó rápidamente y luego tragó.
Tercer bocado...
