—¡No!
Lennon Cook retiró rápidamente su mano de su rostro, mirándola con horror.
El color de la piel se tornaba negro a una velocidad visible a simple vista.
Luego, los músculos comenzaron a desprenderse del cuerpo, cayendo al suelo.
Convirtiéndose en un charco de sangre.
En un abrir y cerrar de ojos.
Solo quedaron huesos blancos puros en la mano derecha de Lennon Cook.
Pero extrañamente, ¡no dolía mucho!
Estaba atónito.
Simplemente miraba fijamente el hueso blanco expuesto.
Su expresión era vacía.
—¡Clang!
Julio Reed tomó un plátano del plato de frutas y lo golpeó contra los huesos de su mano.
—¡Crash!
Los huesos se esparcieron por el suelo en todas partes.
Pero Lennon Cook no podía sentir ningún dolor.
Porque su brazo había perdido toda sensación.
Estaba solo adormecido...
Miraba el montón de huesos en el suelo como si fueran de alguien más.
Pero más que eso
Estaba paralizado de miedo.