La capital, la mansión de la familia Leocadia.
Desde la distancia, las luces brillaban intensamente dentro de la mansión.
Una atmósfera celebratoria y armoniosa prevalecía.
De vez en cuando, se podían oír desde el interior ráfagas de risas y voces alegres.
Debido a que el Viejo Maestro Leocadia enfermó anteriormente, las luchas internas constantes asolaban a la familia, y el hogar Leocadia estaba lleno del olor a pólvora.
Ahora, Evangeline Leocadia se había recuperado completamente.
Su salud fue restaurada a su estado original.
El poder, también, había vuelto una vez más a sus manos.
Los miembros de la familia Leocadia, sin importar quiénes eran y si albergaban ambiciones desmedidas o no,
Todos debían meter sus colas entre las piernas y comportarse.
Evangeline Leocadia era una persona implacable, ¡y no dudaba en tomar medidas severas incluso contra sus propios hijos!
En este momento,