Tan pronto como entraron en la habitación
les golpeó en la cara el olor a alcohol
era fuerte
En el suelo, un conjunto de botellas de vino dispersas
—¿Estás bien? —preguntó Julio Reed mientras se acercaba rápidamente a Quella Radcliffe, sus ojos llenos de preocupación
¿Había pasado algo en los pocos minutos que se había ido?
La sonrisa en su rostro desapareció en un instante
lo que la reemplazó
fue un aura asesina
—Estoy bien... estoy bien —Quella Radcliffe parpadeó y de repente se lanzó a sus brazos—. Julio, me alegra que hayas vuelto
Realmente había estado asustada hace un momento
—Ah... —Justo entonces
Slade Stone gimió suavemente desde el suelo, atrayendo la atención de todos hacia su presencia
—Él... está muy herido —dijo Quella Radcliffe algo impotente—. Mientras no estabas, alguien vino buscando problemas, fue él... él lo tomó todo por nosotros