—¡Cómo te atreves! —Nikodem Lee, después de todo, era un hombre con sangre y fuego en sus venas. ¿Cómo iba a soportar la humillación de ser amenazado frente a su cara?
—¿Está aquí el Hermano Davenport? —Justo entonces, Sophia Leocadia se acercó corriendo al grupo.
—Sophia, ¿por qué estás aquí? —Quella Radcliffe se sintió bastante aliviada al ver a Sophia Leocadia.
—Sabía que Hermano Davenport vendría a la capital hoy, pero me tomó mucho tiempo descubrir que había sido recogido por Tío Lee —Sophia Leocadia, con el rostro sonrojado, jadeó—. Tío Lee, Hermano Davenport es mi amigo, ¿puedes dejarme verlo?
Había querido sorprender a Julio Reed con un regalo, pero llegó medio paso tarde al aeropuerto. Fue solo después de preguntar que se enteró de que Nikodem Lee lo había recogido. Así que le dijo al conductor que se apurara, compitiendo contra el tiempo.