—¡Beckett Carmichael! ¿Te has vuelto loco?
Lawrence Koller inmediatamente corrió hacia abajo, seguido rápidamente por Bryson Stephen.
Pensaban que al juntarse hoy, podrían convertir este gran problema en uno pequeño y dejar que se desvaneciera.
—¡Pero inesperadamente, se habían topado con un enorme problema!
—¡Beckett Carmichael era como un loco, imparable por nadie!
Su locura también había enfurecido a Lawrence Koller.
Si este incidente se divulgaba, ¿cómo podría salvar la cara?
—¡Boom!
El conductor del bulldozer solo escuchaba las órdenes de Beckett Carmichael.
Eso era precisamente el aspecto más temible de Beckett Carmichael.
Si ordenaba matar a alguien, sus hombres cargaban sin dudarlo.
—¡Con una eficiencia de ejecución extremadamente alta!
En solo dos segundos, el sedán en el que habían estado Lawrence Koller y Bryson Stephen fue aplastado y convertido en chatarra.