—¿Cómo va el progreso del Rey de la Medicina?
Dentro del Salón del Ascenso del Dragón en el Valle del Rey de la Medicina. Un hombre vestido de negro miraba al Rey de la Medicina sentado frente a él.
—Sospecho que hay un problema con tu fórmula —el Rey de la Medicina acariciaba ligeramente su barba, sus cejas se fruncían levemente—. Llevo más de tres años intentándolo, mejorándolo incontables veces, pero no una sola vez ha logrado, ni siquiera se ha acercado, al efecto del que hablas.
—¿Podría haber algún error en alguna parte? —el hombre de negro preguntó con voz profunda.
Él estaba vestido con una gabardina negra y un par de guantes de cuero negro. Su rostro, también, estaba velado por gasa negra.
—¡Imposible! —el Rey de la Medicina movió su mano y dijo—. ¡Con más de mil años de herencia en el Valle del Rey de la Medicina, nadie puede igualarnos en el arte de hacer medicina! Perdona mi franqueza, pero ¿estás seguro de que existe el elixir de la inmortalidad en este mundo?