—Al regresar a la familia Roosevelt, debes protegerte.
En el Muelle del Puerto Oeste de Ciudad Gonzalez.
Julio Reed instruyó a Chopter.
—Espero que podamos encontrarnos de nuevo.
Había un dejo de indiferencia en el rostro de Chopter, o más bien, alivio.
—No hay problema, ya he esparcido la voz, diciendo que has encontrado una pista. Y la pista está conmigo. ¡Recuerda la explicación que te enseñé!
Julio Reed le palmeó el hombro —Conozco muy bien el carácter de la abuela Xihua. Tanto tú como Elwood Thorneycroft estarán seguros.
Tras una pausa, añadió —Estarás seguro hasta antes de que yo muera.
—Gracias.
Chopter parecía algo absorto en sus pensamientos.
El que aseguraba su seguridad era en realidad la misma persona que siempre había buscado matar.
¿No era esto, quizás, la broma más grande del mundo?
—Como me estás ayudando con mi trabajo, eres mi amigo.