—¡Noche!
—¡Vigésimo octavo del duodécimo mes lunar!
La entrada del Clubhouse de los Cinco Lagos estaba iluminada con luces de colores.
Estaba impregnada con el ambiente del Año Nuevo.
Sin embargo, en este momento, el clubhouse parecía inusualmente desértico.
Los guardias que normalmente patrullaban sin parar se habían reducido repentinamente en un cincuenta por ciento.
Solo quedaban unos pocos individuos dispersos, deambulando por el patio.
Un grupo de sombras infiltró silenciosamente los alrededores del Clubhouse de los Cinco Lagos, esperando la oportunidad de atacar.
—¡Qué mal tiempo hace! —El guardia se frotó las manos y exhaló un aliento de aire.
Obviamente, hacía un poco de frío.
—¡Todos los demás están adentro comiendo y bebiendo, mientras nosotros vigilamos la puerta! —Otro suspiró—. ¡Maldita sea! Los nuevos no sirven. Cuando estábamos con Aron Jackson, recibíamos sobres rojos durante las festividades.
