—Entonces, ¿qué planeas hacer con él? —Itai Huntington tomó una respiración profunda. Aunque podría darle a Julio Reed todo, aún le importaba su imagen.
Podía tolerar cualquier cosa en privado, pero ¿qué pasa si él causaba una escena en público? ¿Dónde pondría su cara entonces?
Ahora, la misma Itai Huntington no podía descifrar qué era lo que exactamente sentía por Julio Reed.
Si se trataba de usarlo, o de encontrar a alguien para ayudarla a lograr grandes cosas, las emociones no deberían involucrarse.
Pero aquel día, cuando se enteró de que había sido envenenada y no le quedaba mucho tiempo de vida,
Itai Huntington de repente se dio cuenta de que, en algún momento, se había enamorado de Julio Reed.
Para alguien como ella, carente de emociones, esto era muy peligroso.
Sin embargo, el amor siempre brota inesperadamente.
Después de una noche de ansiedad, se resignó a ello.
En la vida de uno, no es necesario estar demasiado constreñido.