El cambio repentino de actitud de Cooper Ridge ya estaba dentro de las expectativas de Julio Reed.
Sin embargo, aún fingió sorprenderse y dijo:
—¿Qué sucede? ¿No habías venido a disculparte conmigo? ¿Qué pasa con esa actitud ahora? ¿No quieres mi perdón?
Tal expresión casi hizo que Quella Radcliffe creyera que era real.
Si se dedicara a actuar, incluso podría llevarse esa estatuilla del Oscar.
—¿Disculparme? —Cooper Ridge se rió a carcajadas y dijo—. ¿Te lo mereces? ¿Un simple portero como tú quiere una disculpa de un subgerente de Five-state International?
—Julio Reed, ¿qué tienes en la cabeza? —preguntó.
—¿Un portero? ¿No es él un miembro del departamento de seguridad? —Bron Martín también se levantó, riendo y dijo—. Lago, él conoce al Presidente Huntington, ten cuidado o podrías perder tu trabajo.
Los dos se turnaron para burlarse sin piedad de Julio Reed.