El grupo había comido hasta hartarse y, con la expulsión del gerente, Knox Ridge se salvó de pagar la comida.
Cuando se enteró de que la comida y las bebidas costarían doscientos mil, Knox Ridge se asustó hasta el punto de casi desmayarse en el acto.
¿Dónde podría conseguir doscientos mil?
Una comida que costaba doscientos mil—eso era el ingreso anual para ella y Burl Radcliffe.
Sin embargo, afortunadamente para ella, el acto del gerente de enviarlos fuera hizo que los gastos recayeran sobre Lewis Leocadia.
—¿No tendrán ningún problema, verdad? —Burl Radcliffe caminaba ansiosa por el vestíbulo en la planta baja.
—¿Qué problema podrían tener, la familia de la Tía es rica. Mira a Lewis Leocadia, es un gran jefe, una mera trescientos mil es solo cambio de bolsillo para él —dijo Julio Reed con una sonrisa.
—¡Es verdad! —Knox Ridge asintió con la cabeza, considerando la situación financiera de Bryson Ridge en los últimos años, parecía que tenían bastante dinero.