—¡Jefe, me pegó! ¡Tienes que defenderme! —En ese momento, el hombre tendido en el suelo soltó un grito.
¡Frenazo!
—Tras el sonido de frenos urgente, un Porsche se detuvo en medio de la carretera. Tres vehículos dominantes lo seguían de cerca. Después de que los coches se detuvieron, bastantes personas salieron del Porsche y de los autos imponentes.
—¡Christopher Martín, quién diablos te golpeó así? —El dueño del Porsche era un joven de treinta y tantos años, con el pelo corto, gafas de sol oscuras y una cadena de oro colgando alrededor de su cuello. La epítome de un "tuhao", o nuevo rico.
—¡Fue él! Estaba grabando un Crazy Sound con Everett, y este tipo se llevó a Everett. Fui a separar la pelea, y ahora tengo los brazos tan machacados que no puedo moverlos. —Christopher Martín aullaba de dolor, sin olvidar acusar en el proceso.