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Ambos bandos creían que el otro tenía refuerzos, por lo que buscaron una batalla rápida, sin querer alargar la pelea.
Especialmente cuando Maurice Springs vio el gran número de guardaespaldas detrás de Idriss, su presión se duplicó.
Sabía que Julio Reed había conspirado con algunos magnates en la Provincia de Cinco Ríos y pensó subconscientemente que esas personas eran ayudantes enviados por esos comerciantes.
Finalmente, al no luchar en su propio terreno, Maurice Springs solo pensaba en matar rápidamente y luego regresar a Frío Profundo para informar.
Después de haber traicionado al Pabellón Willson, ya había sido perseguido por la organización, con una Orden de Asesinato firmada personalmente por Amadeus Fairbanks.
Esto le hacía sentir que cada momento que permanecía en el exterior, el peligro aumentaba.