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—Cosmo, ¿has notado algo inusual? —Quella Radcliffe, sentada en el asiento del pasajero, preguntó de repente.
—Señora, ¿qué parece estar mal? —Cosmo examinó cuidadosamente los alrededores pero no vio gente o vehículos sospechosos.
Como Guerrero Sombra, poseía ese instinto, capaz de detectar peligro en su entorno de inmediato.
—Normalmente a esta hora, el Camino del Lago del Norte tiene bastante tráfico. Pero ¿hoy? Solo estamos nosotros en la carretera. —Al escuchar las palabras de Quella Radcliffe, Cosmo se dio cuenta al instante del problema.
Siempre estaba atenta a personas o vehículos sospechosos que pudieran seguirles, pero nunca prestó atención a los cambios en la carretera.
En ausencia de Julio Reed, había sido Cosmo quien acompañaba a Quella Radcliffe. El Camino del Lago del Norte era su ruta inevitable, y aunque generalmente no estaba muy transitada, no debería haber tenido varios minutos sin ver ni un solo vehículo.