```
—¡Julio!
El corazón de Quella Radcliffe se apretó.
Lance Casey era su mejor amiga, ¿cómo podía quedarse de brazos cruzados viéndola ser acosada?
De hecho, Julio Reed ya había intervenido sin que ella tuviera que decir nada.
¡Crack!
—¡Ay!
Banyan Carmichael sintió como si hubiera golpeado su mano contra una placa de hierro.
El dolor le atravesó la cabeza, haciéndole retorcerse por completo.
—¡Maldita sea! ¡Atrévete a meterte con nuestro jefe!
—¿Buscando la muerte, estás?
Al ver a Banyan Carmichael en desventaja, los miembros de la pandilla se arremolinaron.
—Hermano Dragón, ¿estás bien?
—¿Estás ciego? ¿Parezco que estoy bien?
El rostro de Banyan Carmichael estaba pálido, su brazo entero casi entumecido.
Señaló a Julio Reed y amenazó —¡Chico, te has metido conmigo en Ciudad González, no hay un buen final para ti!
Con eso, retrocedió.
La intención era clara, ¡una oportunidad para que sus secuaces hicieran su jugada!