—¿Estás segura? —Al ver a la idéntica Quella Radcliffe ante ella, Lillian Tompson frunció ligeramente el ceño.
—¡Demasiado parecidas! A pesar de que había oído hablar de la gran reputación del Hada Nocturna estando en la Alianza de las Diez Mil Montañas, verlo con sus propios ojos aún la sacudía profundamente.
—De lo contrario, puedes echar un vistazo —dijo el Hada Nocturna, situada al lado de Quella Radcliffe y comenzando a imitar todos sus movimientos.
—El tono de su discurso, las acciones de secarse las lágrimas. ¡Idénticas! Después de eso, el Hada Nocturna recogió a Quella Radcliffe, giró en el lugar y se colocó frente a Lillian Tompson.
—¡Indistinguible de la real! —Pero, es peligroso afuera. Salón del Pico del Trueno, la gente del Mar del Norte, todos nos están observando. En momentos como estos...
—Por favor... —Quella Radcliffe juntó sus manos en oración, sus ojos llenos de súplica.
