—El Gran Maestro actuó, ¡golpeando con velocidad fulminante!
—Aunque Hendrick Kensington era un Joven Maestro, este puñetazo, si aterrizaba cuadrado en la cara del oponente, ¡Arturo se reduciría a nada más que huesos!
—¡Un Gran Maestro no debe ser humillado! ¡Atreverse a burlarse y ridiculizarlo, hoy, incluso si la princesa del Mar del Norte rogara por misericordia, el hombre ante él debía morir! ¡Quería demostrarle a todos cuán fuerte era realmente!
—¡Bang!
—Confrontado con este inesperado golpe atronador, Arturo retrocedió explosivamente, su lanza cruzándose al instante frente a él —¿Hmm?
El golpe había fallado, y la sorpresa tiñó el corazón de Hendrick Kensington. Según sus expectativas, ese puñetazo habría dejado al oponente una pila de huesos. Y podría haber despreciado al Mar del Norte hasta saciarse. Pero ahora, parecía que el oponente también era un Gran Maestro. De otra manera, no habría forma de que hubiera esquivado su ataque.
—¡Joven, eres bastante arrogante!
