—Esto... —Itai Huntington había estado prestando atención a Hada Nocturna desde el momento en que entró por la puerta. Pero no había esperado que la otra fuera tan ágil, y ahora, en solo unos segundos, haberse acercado tanto a ella. En este momento, parecía estar mirando en un espejo. De alguna manera hipnotizada. Ella levantó su mano, y el reflejo hizo lo mismo. Sonriendo, y Hada Nocturna también sonreía. Itai Huntington estaba desconcertada. Parpadeó, su garganta se movió ligeramente. Una gota de sudor frío se formó en su frente.
—Hermano Davenport, ¿qué diablos es esta cosa? —Terry Moore, con la ceja levantada, señaló a las dos Itai Huntington idénticas y dijo—. ¿De dónde sacaste esta copia barata?
¡Zumbido! ¡Plaf! Pasó una sombra. Terry Moore sintió un entumecimiento en su cara, ¿realmente le habían abofeteado? Pero él... Ni siquiera lo vio claramente. ¿Fue solo una sombra ante sus ojos, y fue golpeado? Se dio la vuelta y miró en el espejo. Realmente había una huella de palma.
