Ciudad Gonzalez, el hogar de Julio Reed.
Burl Radcliffe era solo una persona ordinaria y ya no necesitaba seguir fingiendo.
Simplemente fue a la mansión con Quella Radcliffe y Knox Ridge.
Después de pasar casi medio mes en la capital, Julio Reed se sintió muy cómodo al regresar a casa.
Muy cálido.
La sensación de hogar.
Asentado.
Susurro.
Un sonido de una puerta abriéndose.
—¿Ya volviste? —Julio Reed preguntó con una sonrisa, recostado en el sofá.
—Sí. —Cosmo respondió de manera superficial, claramente descontenta mientras caminaba hacia él y recogía una manzana.
¡Crunch!
Mordió la manzana con fuerza.
—Lillian Tompson, sube y descansa. Aquí no hay nada para ti, ve a dormir temprano. —Julio Reed levantó la mano, y Lillian Tompson, que estaba de pie respetuosamente a su lado, se dirigió inmediatamente arriba.
Sumisa y obediente, claramente una sirvienta profesional.