—¿Qué está pasando? —preguntó Kate mirando al joyero que tenía el ceño fruncido. Era como si supiera que las joyas eran falsas, por eso había traído su detector.
—Resulta que estos collares son falsos, incluidos los aretes y las pulseras —Kate frunció el ceño ante su declaración.
—Eso es imposible —escupió Kate.
—¿Este hombre estaba tratando de robarle? Oh, ella podía ver claramente a través de sus planes. Quería robarle sus joyas porque sabe que son originales.
Ella había hecho estas joyas con lo mejor de lo mejor. Era imposible que fueran falsas.
—¿Sabe de lo que habla, señor? Todas estas joyas fueron hechas a mano con lo mejor. Los diamantes que llevan no son diamantes cualquiera, son piedras raras obtenidas de las piedras originales.
—Me temo que no lo son, señora. Estas joyas son falsas, no las necesitamos, podría intentar en una de esas tiendas de intercambio de joyería barata, estoy seguro de que estarán dispuestos a comprarlas —sugirió mientras se quitaba los guantes.